Había una vez un pueblo tan pobre, pero tan pobre, que ya solo sus únicas esperanzas se basaban en lo que podían sustentar las habilidades de su único pescador… ¡Y digo único!, por qué los demás habían emigrado en busca de nuevas oportunidades. Todos los habitantes del poblado, comenzaron a vanagloriar a este pescador y lo peor del caso , él comenzó a creer cada una de las adulaciones que hacían de su persona.
Durante días enteros, en lugar de prepararse y entrenar para llenar su barca con una gran pesca, el insensato haragán solo se dedicó a disfrutar de una gloria que aún no conquistaba… Y llegó el momento de demostrar sus habilidades y Salió de pesca, era de noche, la oscuridad cubría la inmensidad del mar, esto lo aterró… ¡Si por lo menos hubiera escuchado los consejos y las enseñanzas de los ancianos¡ -Pensó-
¿Pero qué hacer?, si volvía, sería un cobarde y perdería la gloria
Si equivocaba el camino, ¿Qué hacer cuándo se cree saber todo y no darse el chance de dudar?,