abro paréntesis
Primero el tren, lo imagino nocturno,
pesado sobre las vías,
el frío depositado en la noche,
las ventanas empañadas
con una escarcha líquida y azul helada,
pegada al cristal, amándolo,
no viajo – solo, lo imagino –.
Abro un paréntesis,
como el que abre una vieja carta,
amarilla de tiempo,
arrugada de cuerpo,
distraída de alma,
reconfortante y conocida,
en blanco y negro
un viejo western,
el hombre que mató a Liberty Valance.
No quiero pensar,
No,
solo quiero
llegar,
así lo espero en la noche cansada.
La música triste suena,
la calefacción me embriaga,
quiero gritar y me contengo,
dos puntos rojos
ojos escrutadores del vehiculo
al que me aproximo,
demonios de la noche
vigilantes de mi destino.
Intermitente, desvío,
mi desvío, el que me lleva a casa,
quisiera seguir hacía la Sierra
una recta interminable, y la oscura silueta,
blanca de luna, coronada de luces
me gustaría abrir las ventanillas y los brazos
que el coche me llevara,
pero no lo hago, apegándome a la vida
como un caracol errante por un cristal
dejando un rastro de babas, de vida
de recuerdos,
y me aferro al volante
velero en la noche,
capitán de sueños.
Rotonda, freno
dos puntos rojos
incorporación, aceleración, intermitente, ceda el paso
mecánicamente,
¿quién se esfuerza en conducir, pensando?
todo es tan mecánico
dos puntos rojos
línea continua
línea continua
dos flechas a izquierda
dos flechas a derecha
Intermitente.
Mi pie izquierdo no para,
golpea el suelo en el momento justo,
varias veces,
al ritmo sangrante de la canción,
como pulsos del corazón
que a borbotones salen
poniéndolo todo sucio de vida
corazón, vida, noche,
quiero gritar
esta canción me vuelve loco de tristeza,
catarsis en la noche
si pudiera pensarte en azul y blanco,
pero es noche y pienso oscuro,
lento, repetitivo y apagado
me voy venciendo en mi lucha
y tu siempre ganas,
piso el acelerador, quiero llegar
llegar y abrazarte.
Una pareja discute en el auto de al lado
o eso parece,
si, ella llora
el, golpea el volante una, dos, tres veces
y un dedo acusador la señala
¿qué les pasara?
en esa vida de reproches
en ese llanto desolado
intermitente, yo me desvío
voy a imaginar problemas en otros
y así olvido los míos,
imaginación, salvadora mentira medicinal
vuelvo a poner la misma canción.
Esa guitarra, me mata
Ese acordeón me mata
era muy diferente entonces
muy diferente Sr. Scott
muy diferente.
La voz doblada de James Stewart
esa voz dulce y terciopelo
de sesión de tarde, película del sábado a mediodía.
Me mata
aquel incendio
me mata.
Música prima,
onírica y psicodélica,
post-todo,
como la mecánica vida que sufrimos,
yo, elegí estrujarme el corazón
y la cabeza
si, el corazón y la cabeza
mecánicamente estrujados,
en mis manos un engrudo,
de pensamientos y sentimientos,
me duele y me mata
me mata.
Cierro paréntesis.
Impresiones de la canción aquel incendio
Restos de un incendio. Año 2002. Mígala
Antonio © M. ( T i T o. M.)
18/Enero/2012
Pensamientos Vagabundos
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