Es trascendental el acontecimiento histórico del 477 aniversario de la fundación de Lima, todos los pueblos de América de pie saludan a la metrópoli Peruana en este día magno, nos recuerda que España se volcó a la empresa de conquistar pueblos que heredarían sus virtudes y defectos, así jugo el rol histórico en estos dominios del sol y del Inca.

Entonces aparece la figura radiante agigantada por el tiempo del conquistador Francisco Pizarro Gonzales, algunos historiadores que no quisieron justificar la violencia que se produjo lo hicieron blanco de sus ataques, sin entender que fue hijo de una época heroica y fanática, que si don Francisco Pizarro hubiera tenido los sentimientos de un fray Bartolomé de las Casas habría sido superado por los otros conquistadores ambiciosos y se habría colocado lejos de su sino, ese instante histórico exigía ímpetu, sacrificio, valor temerario, sangre fría, arrojo y falta de escrúpulos, que no son permitidos en una sociedad ya formada, todo alumbramiento es doloroso, sin dolor nada valedero crea la naturaleza, es una ley fatal de la que no se puede excluir el hombre, todos los grandes cambios exigen su cuota de sangre, consiente o inconscientemente la mano del destino eligió a don Francisco Pizarro para dar nacimiento en la América del sur a un nuevo mundo, que hoy ya crecido y fuerte el hispano indígena espera aportar mucho a la humanidad.

Don Francisco Pizarro en la dura prueba que la realidad así lo exigía, cubrió con un velo ese fondo de humanidad que tiene la cepa castellana, fue rudo, temerario, se jugo por entero a pato o gallareta en la isla del gallo, era ignorante no sabia leer ni escribir pero tenia intuición para percibir los caracteres humanos, luego de la conquista mas de uno de ellos volvió a España con las arcas repletas de oro y plata, pero el se quedo y funda la ciudad de los reyes nuestra hoy ciudad de Lima, acertó en su posición geográfica, equidistante de Panamá y de las otras tierras del sur y cerca del mar, para mantener el contacto permanente con la metrópoli e ir renovando energías y sangre, creo una ciudad netamente española que supo imprimir el rumbo deseado.

En esa época la ciudad del Cuzco era el centro y tenia una red admirable de caminos que cruzaban todo el vasto imperio del Tahuantinsuyo, en todos los sentidos ofrecía condiciones magnificas para seguir ejerciendo un rol directriz, pero don Francisco Pizarro supo percibir el peligro, en la ciudad del Cuzco el ambiente y el indígena eran tan poderosos que hubieran absorbido a los conquistadores, por eso elige Lima como sede y le da muerte al mundo Inca.

En nombre de Dios, del Rey de España su señor, don Francisco Pizarro en el sitio que hoy ocupa la plaza de armas, imponente en la actitud, severo el gesto, con todo aplomo echa las bases de la ciudad de los reyes, realiza su traza y 100 conquistadores recibieron sus solares, luego se talla los primeros maderos de la iglesia de nuestra señora de la asunción, y todos se aprestan a la obra del nacimiento de la Lima del virreinato.
Al año de fundada la ciudad de los reyes sufre la terrible embestida de Huallpa Roca Yupanqui, con unos pocos defendió su ciudad y su obra, pasado ese momento prosiguió y Lima creció, las 110 primeras cuadras que constituían el núcleo de la ciudad se cubrió de edificaciones y empezó su expansión, con el tiempo la capital virreinal compitió con las mejores ciudades españolas, sus conventos proporcionaron los misioneros en este nuevo mundo, su gran universidad de San Marcos sumo para si todo el saber de la época y lo expandió por el continente suramericano, la sociedad adquirió todo el refinamiento y la cultura de su tiempo y se enorgulleció de dar al mundo hijos ilustres como “Olavide” grande en la desgracia como en el éxito, como “Juan de Acuña y Bejarano” a quien los Mexicanos llamaron el gran gobernante, un “Peralta Barnuevo” de saber enciclopédico y en las postrimerías de la colonia un “Morales Duarez” que fue la figura máxima de la corte de Cádiz.

Durante la guerra de la emancipación fue aquí en el Perú donde culmino la epopeya de la independencia, fue en Lima donde se expidió la convocatoria al congreso de Panamá que afirmo ante el mundo la solidaridad de los pueblos de América, Lima la del “palais”bullicioso y elegante, Lima la de los mediodías de san Pedro y la merced con el donaire de las mantillas y las basquiñas, donde la finesa de los óvalos impecables escondía el fulgor de unos ojos negros de dulce mirar dormido, Lima la del corso cotidiano, Lima del Acho vibrante bajo la sugestión de Joselito y Belmonte, Lima la del hogar abierto como un corazón generoso, Lima amada por todo el Perú y de la cordial reverencia de Hispanoamérica.