el mundo es una mancha en el espejo, todo cabe en la bolsa del día
david huerta


porque creo en la magia y en el final de todas las cosas abro la soporosa cloaca de mi cráneo y conjuro

a razas que me injertaron en este sanguinoliento tarro en un caldo de cloroformo y embriones desde donde soy espectador de la procreación de la miseria

a razas de buitres y chacales en el festin hora cero del vasto y cenizo final de todo cuanto vive y todo cuanto ha muerto y de todos los espectros tangenciales que evasivamente habitaban los espamos virulentos de las realidades y de las historias y de las edades

a razas carroñeras en franco nucleo cataclismico donde NO quedará una piedra sobre otra porque así lo ha dispuesto la misericordiosa reciprocidad del Padre que es multiple y absoluto como las asquerosas formas que pueblan y mortifican al universo

razas de sarcófagos en una línea de producción como el tentáculo de la siniestra plenitud divina que los hunde en el protoplasma kármico de la perpetuidad

razas domesticadas en su último reducto de humanidad hacia la fatal simbiosis con los engranes grasientos de una dentadura metálica y podrida

a razas que reinaron sobre el fuego y brillaron en una nube de polvo hacia planetas habitables
huérfanas y providencialmente ancladas a sus depresivas aspiraciones

razas de sarcófagos y de trashumaciones razas que vieron la completa digestión de su pueblo tragándose y regurgitándose en una danza macabra de multiplicación

razas de pegasos negros y de sangrantes mitologías de dioses y diosas y ninfas y sátiros
y querubines con los cabellos manchados de mierda

razas mordiendo el suelo buscando algo que llevarse a la boca una estopa en llamas una piedra con que romperse los dientes

razas contraídas en las circundaciones del fracaso porque todo cabe en la bolsa del día
el mundo es una mancha en el espejo, un cruel apósito en la faz de un alacrán mancebo

un silencio macabro cosido irrescatablemente a la majestad de un hombre aporreando a otro con su falo

execrable nitidez del tiempo
apelmasada sobre el breve pensamiento del hombre
todo hundido misteriosamente en el apósito del día
chupado y adherido a las póstulas tiranas de la continuidad
hay un tiempo de conexiones prófusas y concatenaciones inútiles dispuesto sobre el pobre infinito de nuestro fervor católico
somos un asco degollado y expuesto a la inclemencia de nuestra buena voluntad
un tumor en el seso abierto de la execrable nitidez del tiempo

coágulos de lepra anidados en la luz inmensa de mis vértebras
yo y mis bestias conjuramos
a razas de estallidos y enjámbres y encarnaciones y condenas y NO estamos
somos cuerpo presente en el funeral del cielo

un lamento transparente como un flechazo al pecho de nuestras precipitaciones y nuestros Atoyac de llamas

semilla sepultada en un vientre de arena

sudando nuestro frío lumpenismo atravéz de nuestra desesperación
somos una semilla en esta celda pero nadrie vendrá a orinarse en nosotros
nadie nos hará el favor de procrear a nuestras expensas más allá de solidarios gusanos panteoneros incrustados en la carne

un desde kurdo donde ignoramos quien nos entregó a la fiera vida que sufrimos siempre

catapultamos hacia el interior de la andromeda menstrual en absoluta veneración a la impacibilidad y las energías del universo

luz calor electricidad y magnetismo

nebulosas de reflexión nebulosas donde son cuajadas las continuas convulciones y circunvoluciones de mis arizonas

todos los poetas de mi generación murieron bajo el abandonado asfalto de la pertinente sed de sangre del mundo

sangro con el mundo desaparesco en el túnel gris de un monólogo astrológico

malagloria maldeaurora mi soledad se distorciona y se clava en los tabiques technicolor del mundo

razas hinchadas por las evaporaciones de su amor enegrecido y sus sueño manchados de azufre

7 heridas supurantes en el torax del siempre
13 mordidas en el rostro de la obstinación
666 vírgenes al martir que conquiste a fuego y sangre la gloria
medio millón de fantasmas
un billón de mártires y una estratósfera de gritos
un mar y una estrella bajo el mar y una estrella a la deriva en una playa
fauses llenas de tentáculos llenos de ojos llenos de angustia
razas llenas de tentáculos llenos de ojos llenos de angustia
la incertidumbre nos ejecutará de buena gana cualquier próximo lunes
razas con quietas muecas de agonía
razas llenas de espasmos llenos de agonía
razas llenas de espasmos llenos de agonía
humildad y sencillez asinados en un campo de exterminio
doctores siniestros jugando a soldar chatarra dentro de mi cráneo abierto
doctores siniestros que han clausurado mis sueños y han cocido el culo de la vida a mi boca
porque así se siente el hoy todavía
NO hay dinero NO hay poesía solo hay una afrenta fatigada por sobrevivir a toda costa en este rencor itinerante

razas de tiburones fornicando con toros adolescentes razas de bestias infernales y maquinarias salvajes

razas de depredadores y de creaturas agazapadas que llevan por igual a lo alto el estandarte del angel exterminador