http://internacional.elpais.com/internacional/2012/01/13/actualidad/1326464783_257666.html





"Usted no parece un indocumentado", Le dice el jefe de estación.
Y es verdad, no parece un indocumentado. Tampoco un periodista.

No nos duermas, Jon.
Sobre todo, no nos duermas a nosotros.

El espectáculo comienza: lo han hecho miles de hombres,
pero no tiene valor hasta que no lo haga uno.
Uno.
Uno de esos que quieres ser tú.



Cuando curro, no me muero. Pero sueño que soy otro. Otro que tiene una vida formidable. Otro que hizo cosas mejores con estos 31 años. Otro. Un Jon de la vida, por ejemplo. A veces es entretenido.

Sobre la ventana, habita un aspa. Sólo tienes que darle a cerrar, y desaparecerá.
Podrás saltar a otra. Youporn/ElPaís.com. Podrás violar a una rubia y/o que te viole un maromo en corticoides. Después, no olvides, un besito. Vuelve a una peli moderna. Una aventurita entre los pobres, un documental con escenas hardcore
fondo para nuestro drama vital, epopeya
para encontrarse a si mismo,
o irse a la India por la espiritualidad.





El Jon que soy, se desea otro.
Convierte la sangre de los demás
en algo interesante que te pasó,
que puedes subir a tu blog
y por el que recibirás algo más
que una palmadita en la espalda
32 comentarios progres
alabanzas a tu ego, claro,
o un trocito de nuestra admiración
en negocio de diario digital,
doble click – publicidad. La verdad como caricatura
de la verdad.



Odio el número. Digamos un número: 2008. Es un año.
Digamos otro número: 4000 muertos hasta esa fecha, en 12 años
(y esos son sólo los que alguien contó).
Odio el número. El número 1, TÚ. Con el que quieres tapar todo. No.
No, hijo de puta. Esto no es algo que te haya pasado a ti. No.




Mientras, alguien pasea por el desierto. Junto a otro que lucha por vivir.