Vamos zaratustra, dije mientras jalaba la correa de mi única compañía, me ha gustado mi colonia de noche, somos tan nuevos, que parecemos primitivos, no hay alumbrado, es la primera vez que salgo así a disfrutar la belleza de la noche, las estrellas parecen tantas como dicen los físicos; Hasta hoy les creo. Siempre hay algo de peligroso, hace tres días le quitaron el reloj y el celular al vecino de atrás, me cayo mal la forma como contó lo sucedido; exagerando sus emociones, usando la entrada de la tiendita como el escenario de un teatro universitario. Le brillaban los ojos al perro, cuando notaba los pensamientos de las amas de casa y se mostraba condescendiente, si señora uno nunca sabe, ya no se puede confiar en nadie,- ya no dejare salir a mi hijo a jugar-, atino a decir a una que llevaba en una bolsa de plástico papas y zanahorias. Pobres chancludas, parecían sacadas de un mitin de Peña Nieto.
Estaba harto de estar ahí con el ruido del televisor sobre esos tabiques, me da vergüenza vivir así, el olor a mar hace que se me revuelva el estomago, que lastima, este paseo iba tan bien, con tanto silencio que puedo oír mis pensamientos, la oscuridad me sienta, hace tanto que no me sentía en forma, desde que era niño no tenia tanta lucidez, me siento nuevo, como si jamás hubiera sido victima de una enfermedad. Hace calor, lo mejor será quitarme esta sudadera. Zaratustra vas muy rápido, ¿te acuerdas cuando llegaste a casa zaratustra? Eras solo un cachorro palurdo, llorabas por que te acordabas de tu perra madre, como un perrito al que le duele la muela.
Había leído la metamorfosis y lo primero que hice fue revisar si mi piel no estaba verde, buscar un chingado espejo para descartar las antenas, para saber que yo no me veía como me sentía, como una cucaracha rastrera que sabe que se va a morir. 26 años tenia, cuando empecé a vomitar conejitos blancos, por supuesto que no del tamaño normal, estos eran mas pequeños, como chocolatitos. Fui al medico, que me reviso, me subió a un diván plegable que se hacia cama y que apestaba a naftalina, ¿quien les dijo a los doctores que ese olor es reconfortante?, música clásica, quien sabe cuantos conejitos formándose en mi intestino mas delgado; podía sentirlos cogiendo dentro de mi, pinches conejos, confundiendo mi páncreas con una zanahoria. Me tomó la presión, y me hacia preguntas para ganarse mi confianza, yo le contaba lo de los conejitos; comenzó así doctor: Yo estaba viendo la televisión, (En realidad estaba solo frente a la computadora viendo como un negro se cogía a una güera tetuda) cuando de repente sentí ganas de vomitar, (no era verdad, lo que había pasado fue que empecé a sentir una enorme dicha, me sorprendí, pues aun no empezaba mis maniobras masturbadoras y ya empezaba a gozar como loco). Entonces fue que paso Dr. Sentí una gran opresión en el pecho y salió el primer conejo, lo vomite ahí junto al sillón, me quede sorprendido, estaba tirado como muerto con el pelaje mojado y los bigotes estáticos. Entonces el chingado animal despertó y empezó a brincar por todo el departamento. Mentí como un profesional, Jamás le mencione la mordida de manscupia.
No se preocupe señor Martinez, encontraremos la raíz de sus problemas lo antes posible, será un proceso difícil, pero haremos lo posible por que usted este cómodo; las manos juntas, la corbata chueca, la montura de sus anteojos era blanca, me miraba a los ojos.
Llegue a casa y tome mis cosas mas queridas, mis discman viejos, los discos de los Beatles remasterizados, 6 playeras, tres pantalones, calcetines, boxers, mis Ray Ban de Tepito, converse guinda, unos libros que ni siquiera me había tomado la molestia de abrir, lo eche todo en una maleta, sin acomodar nada, agarre la tarjeta de crédito de mi cuñado y empecé la travesía. Y heme aquí 3 semanas después caminando con zaratustra a orillas de la playa, con estas jodidas antenas en mi cabeza y 20 conejos en el cuarto de junto.
¿Te duele?
En realidad no, la boca me sabe a vainilla cada vez que despacho a uno.
-tal vez deberías empezar a venderlos
- ¿y si son contagiosos?
-No lo creo, ya me tendrías a mi guacareando conejos cafés, los blancos me parecen muy aburridos, ¿no se te ha ocurrido sacar unos de otro color, con manchas azules tal vez?
- la verdad, he intentado hacer unos morados, tal vez negros, son mas enigmáticos, como gatos.
-Bueno, a follar que el tiempo es dinero. Ojala no eyacules serpientes memito.
-ok, mi Tajín princesa.
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