Siento el llegar del deseo en mí…
Ese calor que despierta, esa humedad en mi entrepierna, y la salivación de mi boca,
Ansiosa de besar, de lamer, de sentirlo y saborearlo todo
Perfumo mi alcoba con chocolate y rosas y rasgo esa camisa blanca de seda, que es lo único que llevo puesto.

Aplico brillo de menta en mis labios y me tiendo entre pétalos,
Jugando con una fina sabana blanca que es como una serpiente entre mis piernas,
Derramo aceite de rosas en mi pecho, que espero sea esparcido, por tus manos.
Ven y tómame, empújame con elegante fuerza a la cama y termina de romper esa camisa ahora inútil.

Hoy juego a ser ese lobo que se viste de oveja en tu cama
Elevo mis manos y me muestro a ti, con mi piel de mármol, ingenuo, frágil y ligero como nieve
Poco a poco te acercas a mi, se un hombre elegante, pero descarado y lámeme como niño a su preciado caramelo
Siento tu lengua tibia y húmeda en mi oído, mientras mis manos juegan con tu cabello de ángel.

Juego a emitir sonidos que en ti producen placer
Ah!, esa lengua baja por mi pecho, mis manos te guían a donde quiero llegar
Soy tu bella rosa, quita poco a poco mis rojas prendas
Y veras que el juego toma una nueva puerta.

Poco a poco mi cuerpo se retuerce y mis manos te empujan
Tomo tu corbata con deseo y bailo para ti mientras algo se irgue en tu pantalón
Lamo tu mejilla, y mis manos quitan cual fiera hambrienta tu ropa
Y muerdo amablemente tus tetillas mientras mis manos inspeccionan cada centímetro de tu cuerpo.

Juguemos con la luz, prendida, luego con la luz apagada
Desliza rosas en mi pecho, derrama chocolate en mi cuerpo y lámelo
Juega con hielo y véndame los ojos con tu boca
Y sorpréndeme con las habilidades que pueda ejercer tu cuerpo en mi ser.


Jonathan Yukito Lesmes