Más allá,
donde mis ojos
sólo pueden imaginar tu andar,
allí estás tú.

Donde tú,
sin admitirlo me quieres,
allí estoy junto a ti.

Aquí, donde sufro
tu ausencia,
aquí, me acompañas tú.

Y yo, viendo como
aguardas mi llegada,
acaricio tus cabellos y te beso.

Aquí, allá, donde
no podemos vernos
ni besarnos, ni decirnos nada,
es justo ahí, donde nos refugiamos,
como amantes perdidos.