Cuanto ansío el primer beso,
el tuyo,
lo deseo vivamente.
Y lo siento, amor mío,
pero no puedo evitar pensar,
lascivamente en tus labios
pegados a los míos,
dejándonos llevar, como hojas
caídas de un árbol que son llevadas por las brisas del aire.
Que no te quepa duda,
mis labios están intactos,
limpios y dispuestos para ti.
Te miro, cierro mis ojos,
Y nuestros labios
comienzan el ritual del amor;
siento viva tu boca,
siento tus dientes devorando mis labios,
y mis sentidos se pierden
en el delirio del placer.
Cómo anhelo ese beso tuyo,
cómo deseo el toque perfecto de tus labios;
ni modo,
esperaré paciente el momento indicado
en que, con un beso, el primero,
comencemos lo que ya hemos iniciado. |