Te he soñado
de muchas formas,
llena de mil colores, con ropas de dama
y desnuda, esperándome en la cama,
o corriendo por colinas, alegre.
Te he soñado
mía,
en mis brazos, a mi cuerpo aferrada;
a tu alrededor hay flores,
hay vida, hay luz,
me iluminas.
Te he soñado,
te he imaginado
desesperadamente,
y al despertar solo sabía que eras hermosa.
Has aparecido en sueños,
con tus cabellos alborotados,
con tu sonrisa coqueta
y tu rostro ruborizado.
A quién podría, sino, desear yo;
a ti, que has aparecido en sueños,
a ti, que has decidido mostrarte real,
tan palpable pero tan lejana;
eres tú, la que ha de alegrar mis días,
tú, la de voz apacible
y caricias suaves,
la de gestos amables.
Te he soñado
y no te volveré a soñar
anhelante de conocer tu identidad,
ya te descubrí;
porque te he soñado y
ya eres real, así que
te soñaré, mirándote,
besándote y recorriendo tu cuerpo,
siendo tú, miel a mi boca,
siendo tú, mi abrigo en las noches,
siendo tú, mi reposo en el día,
y así mis sueños, al igual que tú,
se harán realidad;
porque a ti, desde antes, ya te he soñado. |