La falta de ti
Abrazándome,
La falta de tus besos
Que pronto serán míos,
La necesidad de tenerte
Como se necesita agua en el desierto,
El dormir soñando con tus caricias
Y el desear tu piel ardiente,
Así es tu ausencia.
Pero no temo,
Confío en ti,
En las estrellas que, cómplices,
Se han confabulado a nuestro favor;
Fe en tu sinceridad,
Fe en mi convicción inquebrantable.
Tú, cándida mujer,
Serás mía,
Porque la distancia que separa nuestros cuerpos
No es un obstáculo,
Esa distancia que tanto maldices,
Es la que nos une, cual línea que une dos extremos.
Serás mía
Y me complazco
Porque ya puedo ver tu rostro complacido,
Sonriente, mirándome tiernamente,
Con un cuerpo ansioso por amar.
Serás mía,
Y nuestros besos no tendrán fin,
Lo sé, porque
En esta distancia doliente
Ya puedo sentir sobre mí,
Tus manos cálidas,
Tu respiración agitada
Y yo, satisfecho de poder
Respirar de tu aliento,
Me quedo dormido,
Viéndote en sueños,
Hermosa, de mil maneras. |