No sé por qué hiciste eso, Yo no necesito trampas de nada, porque actúo claramente
Si me dices que no, es no y entiendo esa noche que no debo provocarte ganas a ti y a mí tampoco, pero si no lo dices y entiendo que respondes igual, acorde a mis actos… por qué debo pensar que estoy transgrediéndote, si la búsqueda empieza por una de las partes y rara vez los dos coinciden en ese estado inicial, uno genera la sugerencia y el otro responde o no, en este caso yo sugerí todo con mis actos, con mis manos, con mis ganas y entendí que tu respuesta sugería el principio para seguir… si me equivoque, bastaba que me dijeras que no… como siempre.
Pero estabas despierta jugando conmigo, a que a veces te agradaba y a veces no, como saberlo si tus impulsos eran tan parecidos a los míos… y esperabas a ver que era capaz de hacer… y te digo, que soy capaz de hacer todo lo que me dejes hacer, pero yo no estoy para trampas ni juegos, quizás estoy viejo o más serio, pero esos comportamientos liceanos ya las desconozco desde los 20 años…
Pensaste que entendería un estado de mediana consciencia, donde todo estaba quieto y que tu estabas dormida…
Pero no, o eres muy mala fingiendo o actuaste mal, pero te aviso que tampoco me gusta que jueguen conmigo y tampoco necesito una actriz, porque tu cuerpo se agito lentamente, cuando me acerque y te bese, lo mismo cuando toco tu cara o apenas te rozo, siento la realidad porque te conozco y no la trampa artera que dices… pero eso de la trampa, solo lo sabes tú, no puedo adivinar con mi tacto tus intenciones en tu mente.
De una forma entendí que podía buscarte y tú lo asimilabas con tu respiración
Sentí tu corazón y el mío latir como cuando hacemos el amor, apenas distinguí tu rostro es verdad, solo veía tu silueta y sentía el aire de tu respiración tan cerca que se compenetraba con la mía, solo quería besarte, pero no detener esto, que parecía una disposición nueva…
Pero el único ruido que existía era el aire nuestro, que poco a poco asomaba más aprisa, como esas veces que siempre recuerdo y quisiera volver a vivir a cada instante contigo.
Pase mis dedos por tus mejillas hasta tu cuello, hasta sentí tu pulso bombear adrenalina, te di un beso que no apenas respondió el tuyo,
Roce tus labios con mi dedo pulgar buscando despertar la nervadura de tu boca y baje hasta la clavícula mas lento si se puede, controlándome
Como un recorrido cruce por el centro y sentí la erección de tus pechos, tu sabes bien que me gustan completamente, los toque provocando intencionalmente tu respuesta
Un suspiro conocido se hiso presente y la respiración se volvió un pequeño y sensual sonido
Mi mano llegó hasta tus costillas, entre tus brazos y siguió suave hacia la cintura, con temor.
Pero tu piel y los poros estaban abiertos erizados totalmente sensoriales, cada estimulo, cada una de las reacciones dictaron el camino
Un ligero escalofrío contorneó tu espalda y tus músculos se tensaron como un frágil espasmo, yo también sufrí lo mismo, las dudas se agudizaron pensando que me dirías que me detenga o que tu de pronto hicieras algo que desconozca.
Por fin pensé que te dejabas hacer, cosas simples en las que yo pudiera asumir cada paso, con tu venia, permisivamente creí que me otorgabas esa entrega como nunca y eso me tranquilizó y pude seguir creyendo lo que me niegas como verdad
Nunca dude para nada de ti ni de mi, tome tu mano entonces y la deje a un costado, tu brazo casi no pesaba nada, me detuve en el vientre, y subí hasta tu esternón, sentí tu corazón, pero luego por el ombligo baje hasta tu pubis, sobre tu ropa, hice un amago de acercarme más y volví a tus caderas, lo intente tres veces con esa sensación de agonía y a la cuarta note tus movimientos ascendentes, unas contracciones controladas o leves, yo tampoco podía aguantar más pensé…
Toque repentinamente tus pechos otra vez y aún yacían erectos sus puntas, tus movimientos fueron un poco más notorios, tu respiración fue más profunda, volviste a gemir y yo respire más gravemente…
Fue casi un instante, volví a tus piernas, a tu ropa, sobre tu pubis y lo acaricie y escapé rápidamente, se produjo otra contracción, y el eco de movimiento seguía, cuando paraba esa sintonía volví a tocarte igual de suave… lo mismo, pero un poco más intenso, tus pecho se inflo en un aliento y luego volví a tocarte, pero ahora bajo tu ropa y así sentí toda tu humedad, todo extremadamente húmedo entre tus piernas, y eso casi me hiso terminar solo, antes de siquiera hacerlo, al tocarte todo se desato en tu cuerpo… no podrías negarlo de ninguna manera, tu excitación y la mía eran evidentes, no tengo nada más que decir, solo que al besarte entre tus piernas, éramos uno, en una propagación de ondulaciones y contracciones que nunca antes se había logrado concertar…
Si he llegado a tal punto de esa noche, a una descripción de toda esa intensidad vivida, no puede ser más cierto que viví sintiendo esa verdad, ese deseo que soltaba sus cadenas… no tengo nada más que decir.
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