Yo te busco… subo una escalera, me asomo y no estás
Escarbo en la tierra y solo hay raíces frescas, frías…
Quito los adoquines helados del suelo y veo, que antes no estuviste ahí
Abro una puerta y otra puerta, entro y salgo triste, mudo.
Camino mirando al cielo, a las nubes y más lejos, y no alcanzo a verte
Me escondo y espero que pases cerca, pero pasan otras personas
Cae la lluvia y me mojo la cara, pero tú tampoco caes con la lluvia
El viento solo empuja las hojas, tampoco vienes con el viento, solo viene el frío.
Corro para ver si en algún lugar puedo llegar a alcanzarte, y me canso
Sigo una melodía en una esquina cualquiera y me lleva por horas hasta el mismo lugar
Me mezclo entre calles y rostros, entre mujeres extrañas, mujeres corrientes…
Me acerco a un bosque de pinos, me perdí buscándote toda la noche, como tantas otras
En la mañana siguiente baje por unas rocas, creí oír tu voz, pero era el silbido del mar
En la arena me detuve finalmente, ya no pude avanzar más… cerré los ojos.
Entonces ahí creí encontrarte al fin, cuando mis pies sintieron el cosquilleo del mar
Imagine que la tierra te había visto pasar días antes, por muchas partes al mismo tiempo
Que contigo nunca han existido puertas que abrir, siempre llegarías allí.
Al mirar al cielo, en las nubes encontré los dibujos que hicimos antes, aún volando
Pensé que la lluvia eran tus lágrimas buscándome también y los dos llorábamos
Que el viento que sentía eran tus besos, tu aliento, palabras y caricias imperceptibles
Supe que no debía correr adelante, sino hacia atrás y llegaría a ti, en algún lugar.
Asumí que los acordes y melodías eran señales que dejaste en todas las esquinas
Los rostros eran compañeros y ojos alegres, siluetas que me decían secretos y pistas
Las mujeres eran ideas de ti, solo partes de ti que componían muchas de tus partes
Comprendí que no estuve perdido, si no recolectando los aromas, espacios y segundos
En los bosques de pinos y eucaliptus, sentí el calor de antes y baje por las rocas a la playa
Entonces abrí los ojos y solo vi el mar, y aunque no pude evitar llorar, los cerré nuevamente
Tratando de aferrarme a ti, entonces camine hasta el agua y me hundí hasta la garganta
No pude seguir, alguien como tú no se esconde en el mar, ni descansa en lo profundo
Y el deseo mío no quisiera apagarlo para siempre en la oscuridad de la vida o la muerte
Me quedé en silencio escuchando las olas, el viento, las rocas, los bosques, las gaviotas
De pie frente al mar esperando cabeza agacha, lloré… horas, días… volví muchas veces.
Un día sentí que el ruido de las olas no fue tan poderoso…como tu voz…
Y abrí los ojos y ahí estabas de verdad, caminando hacia mí, por la arena sonriendo, descalza.
|