El 21 de Marzo de 2004 Rodrigo Pratdesaba cuentero y amigo a quién tuve el honor de conocer, escribió:
Alzheimer
La oscuridad arropó su entorno y la luna nueva oscureció sus ojos. El canto del múcaro se perdió a la distancia y se sintió, por fin, tranquila.
Deslizó su mente por el corredor largo del recuerdo y se peinó de bucles de niña en la distancia. Sus hermanos, sus padres y sus tíos... el primer amor.
Bajaba y subía en su memoria y las nuevas no fluían. Siempre la niña de los bucles de oro.
Un caballo en lontananza. Del hoy y del ayer... nada. De antes de ayer... quizás un perfume. Pero nada ... Ni de comer se acordaba. De beber menos. Su mirada cubierta de luna nueva no veía el hoy y menos el mañana. Solamente a la niña. Siempre a la niña de los bucles de oro.
Hoy, ya anciana, la demencia la arropaba. El Alzheimer de la vida.
E intentaba recordar de nuevo.
Pero se quedó dormida para siempre, en vida.
Años después escribí en el día de la madre, una sextina hernandiana en el taller de sara_eliana:
Mamá
En tu día ya no estás
sin embargo no te has ido
tan solo te hirió el olvido
en un día sin mañana
escondido en la montaña
abandonaste tu nido.
Que tan sola te quedaste
inesperado destino
en la vuelta del camino
donde el suspiro es más largo
que el pensamiento en letargo
que el dolor en torbellino.
Fueron cinco las razones
que te ungieron de guerrera
cada una en su espera
de los años en quebranto
que responde al propio llanto
de injusticia pendenciera.
No fui yo la más bonita
ni la más inteligente
aunque la más diligente
y también la afortunada
por más tiempo acompañada
de padre y madre presentes.
Hoy me miras y no sabes
de mi nombre ni que te amo
que es de noche y te llamo
no me escuchas, no me miras
del olvido eres cautiva
y el silencio tu legado.
Ignacia.
11 - 05 - 2008.
El lunes 2 de Enero de 2012, se durmió para siempre. La despedimos con una ceremonia hermosa y rodeada de sus hijos, de sus diecisiete nietos y el último de sus once bisnietos en su cochecito, con música y poemas.
Comparto con ustedes la lectura de un poema de Rosita Pedrazzini, leído por una de mis hermanas, " Un poema dedicado a una madre como la nuestra "
Alta costura
Rosita Pedrazzini
En la tela de la historia familiar, las manos de mi madre reforzaron costuras para que nos sostuvieran ante cualquier tirón de la vida
Las manos de mi madre enhebraron el hilo que une las partes del molde, sin olvidar que cada una es distinta a la otra y juntas hacen el todo, como la familia
La manos de mi madre estiraron dobladillos para que pudiéramos crecer, para que no nos quedaran cortos los ideales
Las manos de mi madre zurcieron desgarros para que volviéramos a usar el corazón sin hilachas de resentimientos
Las manos de mi madre unieron retazos para que tuviéramos una manta de origen que nos cubriera
Las manos de mi madre aseguraron presillas y botones para que estuviéramos unidos, para que no perdiéramos la esperanza
Las manos de mi madre aplicaron elásticos para que asumiéramos con amplitud los cambios que nos piden los años
Las manos de mi madre bordaron maravillas para que la vida nos sorprendiera con sus continuas entregas de belleza
Las manos de mi madre cosieron bolsillos para guardar en ellos, las monedas valiosas de los mejores recuerdos
Y mi identidad
Las manos de mi madre, cuando estaban quietas cuidaban mis sueños, para que dieran a mi diseño su polvo de estrellas
Las manos de mi madre me sostuvieron, con sus hilos de maga, cuando me asomaba a la vida
¡Para empezar a vestirla!
Las manos de mi madre nunca abandonaron su trabajo
Y sé muy bien que hoy, donde estén, enhebran oraciones para mi
Y yo
¡Yo las beso como si estrenara bendiciones!
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