Tijuana BC. Enero 2012. Infinidad de Andreas Guadalupes en forma de palabras.
Se ha conmemorado ya hace poco tiempo, el día internacional de la No violencia contra las mujeres.
¡Grupos activistas, feministas, pro derechos humanos y sociedad en general levantan la voz y dicen BASTA!
Sólo que pienso… ¿Quien me defiende de mi misma? ¿Cómo me denuncio a mi misma? ¿Cómo defiendo a la mujer que soy de lo que soy?
¿Por qué pensamos que la violencia son solo los hematomas, los golpes sobre el cuerpo o el daño al aspecto mental de las mujeres?
También es violencia cuando yo misma me lastimo, cuando me someto a un concepto que me hace daño, cuando me obligo a mi misma a ser algo que no me gusta, que no quiero o que simplemente no se me da la gana...
¡Así que este año, me defenderé a mi misma!
¡Abajo mi represión, mi miedo, mi silencio, mi auto sometimiento!
Suelto las amarras y me dejo ir...
Sobre la mesa yo, sobre mis ganas tú, sobre la habitual nada.
Sólo la certeza no de existir entre los pliegues de una piel, entre los minutos callados de una jornada, entre los movimientos a contratiempo de una danza, bajo los silencios de una melodía.
Esto es el espacio entre las palabras de mis obras…
Dormí placida, con esa tranquilidad que llego a mi cuerpo después de entregarse…
Soñé con la nada que es subirme en el violeta de los amaneceres…
Desperté en silencio para escuchar el eco, para quedarme con él, todo el tiempo posible.
Para los días venideros en que recurriré a él en alguna caminata por la playa y poder encontrarme en mi ayer y mi mañana…
¿Te dije alguna vez exactamente cuando empezaría a escribirte?
No sé aun si esa es la causa, aunque hoy amanecí con ganas de decirte palabras, redondas, dulces, amargas, de colores, de sabores, lisas y arrugadas.
Y a la vez, no sé decirte nada...
¿Te parece bien si nos quedamos solo mirando en silencio?
Quizá así pueda decirte más no-palabras…Quizá así el silencio me ordene las frases, las letras, y me calme la sangre.
Quizá es solo que tengo ganas de escribirte, sólo que esperare hasta ese momento, como te lo dije…
¿Recuerdas?, dije al iniciar que serian contadas las oportunidades de contar algo de mi o de no contar.
Hoy mientras hago la revisión de los textos me doy cuenta de que en realidad lo que envié en caracteres, son infinidad de Andreas Guadalupes en forma de palabras.
Día a día me ido descubriendo un velo, quitando una escama, sumándome una pluma.
Escribo tranquila, cansada, eufórica, desvelada, enamorada, enojada, abandonada, amada, sola y acompañada, escribo, escribo, escribo.
No sé aún si lograre cubrir las expectativas, aunque descubrí que escribo por una dominante necesidad de decirme cosas, ya no me interesa ser leída, no escribo para eso, escribo para entenderme, para encontrarme y para seguirte buscando.
Porque encontré que…la gente se llena de cosas, de libros que se llenan de polvo, de discos que nunca se escuchan no vaya a ser que se rayen, de ropa que nunca usan, de otras gentes que nunca ven, con la que nunca hablan, de la que no saben nada más allá del nombre y todavía los llaman: amig@s.
Encontré que la gente no sabe estar sola, por eso atesora, guarda, arrumba en bolsas, en cajas en el closet, en porta zapatos, porta maletas, porta trajes, qué importa que no se vean, no se usen, no se gocen.
Lo que importa es tenerlos, saberlos, poseerlos.
Mío, mío, mío, eso es mío y también aquello y lo de más allá será mío y también quiero que lo tuyo sea mío, aunque no me sirva.
Irónicamente, al final del día, la gente no tiene nada.
La gente sigue sintiéndose vacía, sola.
Los zapatos siguen guardados, los discos en silencio, los libros empolvados.
A la gente no le importan.
Pronto guardarán mas cosas y eso es lo realmente importante
Me arremolino en el sofá, lo mejor de mi casa, te pienso, me aferro a la nada que tengo de ti, a la nada en la que me he convertido.
Te posaste en esta ausencia que no puede siquiera resistir tus alas de mariposa.
Me duele, porque así, invisible como soy hoy, no puedes verme, menos encontrarme.
Ayer, tenia sombras, hoy ni siquiera eso.
Me he venido diluyendo, debe ser el invierno...No tengo nada, ni siquiera tu ausencia, también, la he matado, hoy solo puedo arremolinarme en el sofá y llorar tu no-ausencia, ayer tu posibilidad me ataba a los días, al mundo...
Hoy no estas...
No tengo fuerza, para engancharte a algo que no soy y te extraño...yo, ¿Como yo siendo yo, y tú siendo tú nunca fuimos nosotras?
Las amistades, esas que creen que nos conocen nos dicen: aunque separadamente claro, porque tus amistades no son mis amig@s.
Ella es la persona para ti, sólo que no saben que no queremos ser "nosotras", que tú y yo, sólo podemos ser "tú" y "yo", y eso irónicamente nos convierte en "nosotras".
Tú ocupas el lugar, yo lleno tu espacio, ese que ambas no hemos dado a nadie, y así seguimos, aferrándonos a las historias viejas que nos mantienen, si no vivas, al menos, menos muertas.
Tengo mi vida resumida en cajas, toda mi vida está en cajas de libros, ropa, algunos zapatos, lápices, hojas con letras, cosméticos, algunas tazas para café y quizá un par de recuerdos, es decir algunas cosas importantes.
Aunque al final casi nada es realmente importante.
Por ejemplo no importa mucho si tú descubres que te escribo, lo hago irremediablemente, algunas veces ya como un hábito resultante de la necedad de buscarte.
Poco importa también que yo te ame o te odie, que te extrañe o me seas persistente, pocas veces te das cuenta y yo puedo pasar de un estado al otro sin ningún cambio en tu persona.
Quizá tú también estas en alguna de esas cajas.
Tal vez te me quedaste entre las páginas de un libro o te atoraste en alguna blusa de algodón.
Lo cual también es poco importante, en mi vida las cosas se acomodan libremente, la mayoría de las veces en el lugar menos indicado para mí.
Así entonces llegarás a acomodarte apenas brinques de la caja y yo te veré recorrer por mi casa hasta que encuentres otra caja a la que quieras subirte.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde tú recuerdo o mi nostalgia por ti, es temporal.
Cada día me llueves unas horas, en mis tardes, caes sobre mis hombros en gotas, resbalas tibiamente o me golpeas la cara, otras abro la boca y me trago en un café, o un suspiro, gotas de ti....Andrea Guadalupe.
|