Hasta que la muerte nos separe
Quiero que seas tú el primero que deje de respirar, quiero que sea tu corazón el que se detenga primero, que tú seas el prólogo a mi muerte.
Para que sea yo quien cargue con el sufrimiento de haberte perdido, para que sea yo quien te llore y no tú a mí.
Que sea yo quien tenga que guardar tus cosas, y ver como el tiempo las va llenando de polvo, vestir de negro y prohibirme toda entretención, que sea yo quien recuerde silenciosamente la fecha de tu cumpleaños, llenar la casa de fotos tuyas, vivir de recuerdos con la mirada perdida, que sea yo quien tenga que comprar flores para arreglar tu tumba mientras nuestra casa se va transformando poco a poco en un abandonado mausoleo.
Y no creas que me siento preparada para vivir de luto, si no que siento que no merezco ni una lagrima tuya, ni siquiera el intento de llorar; soy indigna de ti, y por eso quiero que te mueras antes que yo, para ser yo quien sufra por ti, y no tu que me eches al olvido.
Al conocerte me di cuenta de que el amor es algo amorfo, y que tu le das la forma mas extraña que conozco, por que aunque a veces dudo de tu amor, sé que me amas, a tu manera, que me llena de un rencor inmenso, contrarrestado con un amor tan grande que no se de donde viene pero sé que va hacia a ti.
Por eso lo único que espero es que la muerte se encuentre pronto contigo, antes de que leas esto... el odio es un sentimiento que se construye sobre un gran amor ¿cierto?, esa fue alguna vez tu justificación para tu comportamiento, ahora es la mía, por que te amo tanto que soy capaz de odiarte de igual manera, y terminar con tu vida para poder demostrarte cuanto te amo, por que prefiero pasar una vida entera atada a ti por el sufrimiento, que seguir viviendo con este amor, tan ambivalente, tan confuso, tan agotador, por que estoy cansada de vivir así, por que no quiero seguir amándote así, por que, mientras por las noches muero en tus abrazos, en las mañanas mi amor renace por ti, mas grande y con mas fuerza.
Quiero dejar de sufrir por tu vida y sufrir por tu muerte, quiero sufrir por una ausencia irreparable y no por tu abandono, quiero sufrir por no haberte tenido, y por haberte perdido, pero no por que me dejaste, quiero poder hablarte y sentir que me escuchas, a lo lejos, y aun mejor imaginar que me respondes tal como quiero y no de la manera insolente y vulgar en que siempre lo haces.
Quiero recordarte cuando yo lo quiera, y no vivir aterrada por tu presencia, quiero poder olvidarte, entregarme a otro sin pensar en ti, y que sea sólo tu recuerdo el que me castigue y no la culpa de engañarte.
Quiero muchas cosas, pero sobretodo te quiero a ti, te amo, como nadie nunca lo hará, por eso es que te escribo, por eso es todo esto, esta magnifica cena que he preparado para ti, es por que te lo mereces por haberme amado, por haberme dejado amarte, y por dejarme amarte aun mas en la eternidad de tu muerte, por abandonarme tantas veces, que aprendí a vivir esperándote, por enseñarme a amarte en la ausencia y temer por tu presencia, por engañarme, y por dejarme creerte, por golpearme y por dejarme provocarte para que lo hagas, por no extrañarme, por no apreciarme, por sentirme como me siento, bendecida por tenerte, aunque sea de esta manera, indigna y humillante.
Todo esto también es por que me di cuenta de muchas cosas, ya que al parecer, estaba incapacitada de todo sentido, ahora estos están más agudos que nunca y me sorprendo con lo que he podido absorber; pero aunque son demasiadas, y aunque muchas de ellas me duelan, nada es suficiente para hacerme no quererte, para vaciar mi corazón, para conectar mis pensamientos con mis sentimientos, y dejar de amarte por un segundo, dejar de sentir que eres el ser mas bello y perfecto, oscuro y bendito, que pisa este mundo y que ahora lo deja, por todas las razones que te di, prefiero que tu mueras primero.
Epílogo
Saboreas el último sorbo de café, saboreas el ultimo sorbo del último café de tu vida, y sientes que me acerco a tu lado, y te asustas, pero te abrazo, y ya estas somnoliento y un sopor te envuelve, y me miras sorprendido y en tus ojos puedo ver que me pides perdón como nunca tu boca me lo a dicho, tus manos sudorosas toman mi cara, intentas acariciarme, brutamente, pero aun así lo siento como la más suave de tus caricias, mientras tu cara se va tornando de un color morado, y mis oídos solo escuchan el sonido de tu estomago agobiado, con un beso te silencio, tus labios, aun húmedos por el café, débilmente se unen a los míos, siento tu mano apretarme, como un niño que no quiere dejar a su mamá en la entrada del jardín infantil, y como una mamá te tomo las manos, las beso, y te recuesto sobre el sofá, entonces de tu boca sale el último suspiro.
Tu vida termina, pero comienza la mía, atada a tu ausencia, a mi sufrimiento; comienzo a vivir, comienzo a amarte, ahora para siempre, hasta que la muerte nos vuelva a unir en un más allá.
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