Al dormir a tu lado pienso, más no duermo.
Cavilo, en que tu cintura cóncava tiene el arco perfecto
para ajustarse ergonómicamente a la estructura
de mi abdomen y la turgencia de mis muslos
mis brazos tienen el largo perfecto para rodearte entera.
Cuando hacen de almohada imagino que poseen
la masa muscular exacta para encajar con
estricta precisión en tu nuca de azúcar...
Por fin descubro la inteligencia de la naturaleza.
Texto agregado el 08-01-2012, y leído por 219
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Lectores Opinan
09-01-2012
Buena historia, amigo. Y sí, la naturaleza, a pesar de sus errores ( o son "nuestros" errores?) es inteligante. +++++ crazymouse