Se oculta en el silencio de su casa, se adormece en el recuerdo de sus caricias. Se encierra en el eco de sus propias palabras.
Se acomoda, se libera, se estremece, se aquieta, se aleja, se mira, se sueña, se empuja,
se suelta en los paisajes inventados en el alma.
Se oculta, se piensa,
se ahoga en la febril realidad que la acompaña. Se ilumina, se viste, se prueba, se imita, se cansa, se prohibe, se busca en la luna que abraza a la noche y en las estrellas que titilan su nombre.
Se ama, se pierde, se entristece, se enamora, se abraza, se mezcla, se acurruca, se entibia, se alucina, se calma...
se duerme en la tenue penumbra de su habitación vacía. |