Tijuana BC. Enero 2012. Morir no es gratuito.
La vida de aquella persona misógina y de pensamientos homofóbicos, fue un completo capricho, en su infancia, niño consentido por su padre, nunca tuvo nada por lo que tuviese que quejarse.
Su normalidad transcurría entre prejuicios y pensamientos machistas día a día, ciclo tras ciclo.
Sólo que, un buen día, comenzó a hacerse las preguntas de siempre, buscando respuestas equivocadas.
Cada vez planteaba peor sus miedos, y aún peor sus soluciones.
Su educación rígida y con pensamientos limitados, le hizo trazarse la existencia, de una forma aún más simple.
Sólo hay buenos y malos, blancos y negros, hombres y mujeres, y lo único aceptable, son las relaciones heterosexuales.
A los correctos se les premia y a los incorrectos, se les castiga con las máximas consecuencias.
Su locura fue tan aberrante que llegó a creerse el juez de la vida de los demás, siendo juez y parte de sus propias inquietudes.
Su particular justicia afectó a varias decenas de personas.
Vidas humanas anónimas que no le afectaban en nada.
Aunque él se empeñaba en hacerlo personal, y sólo su régimen era el perfecto.
Sólo que, como todas las cosas, los cambios y otras situaciones, le pusieron en la calle, llegando a ser nada, aborrecido por sus víctimas, y totalmente olvidado por otros tipos misóginos, homofóbicos aún más salvajes y menos idealistas.
Hoy ha resuelto morirse, y nada ni nadie se lo va a impedir.
Sólo que La Muerte ha creído conveniente darle una pequeña lección, haciendo que sus últimos días sean agónicos.
Y es que en esta vida Morir no es gratuito.
Andrea Guadalupe.
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