Mirinda siente nostalgia
Acosado por la nostalgia, Mirinda decidió buscar a Rocío, esa hermosa chica que le había enseñado tantas cosas.
Necesitaba saber que fue de la vida de ella, después que él decidió cortar la relación, para no hacerla sufrir, cuando tuviera que irse a su planeta.
Ella le pidió que la llevara, que ella se adaptaría a todo, pero Mirinda se había negado rotundamente.
Claro, no quiso decirle que la forma física de los seres a cuya raza pertenecía, en nada se parecía a la forma física de la raza humana.
A los ojos de los terrícolas, les habrían parecido enormes cucarachas y Mirinda sabía cuanto repugnaban a los humanos esos bichos.
Encontrarse frente a frente con una cucaracha de casi dos metros, hubiera sido para Rocío un golpe muy grande.
En lo único que se parecían a los humanos era que caminaban erguidos.
Buscó un Directorio Telefónico y encontró la dirección de Rocío. Vivía en Ciudad Autónoma, calle Dr. Favaloro 1654 depto 12
Se alegró constatar que los argentinos por fin, habían homenajeado a tan célebre médico.
Mirinda, guardaba en el infinito archivo de su memoria la triste noticia de la muerte del sabio.
Se había suicidado de un balazo en el corazón,
agobiado por las deudas que tenía su Fundación, a pesar que el Gobierno le adeudaba una suma muchas veces superior.
Recordar al gobernante de ese tiempo, Carlos
Menem, le produjo una ligera náusea. |