DANIELA DE LA CRUZ ENTREVISTA A JUAN FREDDY ARMANDO
Juan Freddy Armando no es solo un excelente escritor de ficciones. Es, probablemente, uno de los actores culturales con pleno conocimiento de causa. En su dilatado ejercicio cultural su gestión y existencia han transcurrido por escenarios fundamentales que fueron inspiración y principio de obras básicas e insustituibles de nuestra actual realidad en ese aspecto esencial de la creación y recreación de una identidad y de las elaboraciones del espíritu. De ahí el valor y la hondura de sus repuestas a cuestionamientos que en realidad no son tales sino que representan más bien problemas en este quehacer a los que precisa desentrañar en la necesidad de conocernos mejor y en el imperativo de seguir avanzando. Las palabras de Juan Freddy Armando invitan a la reflexión profunda y son un puente hacia la comprensión de nuestras más decididas coyunturas existenciales.
1. Visto el extenso historial literario que usted posee, los galardones obtenidos, la presencia en momentos cruciales de las letras en los últimos treinta o cuarenta años, ¿qué opinión le merece la actualidad literaria dominicana? ¿Cree que estamos encaminados? ¿Cree que estamos “haciendo el trabajo” como se dice?
La literatura en nuestro país vive uno de sus mejores momentos. Muchos de nuestros más brillantes escritores están en su etapa de madurez y dan sus frutos, y ya vemos que editoriales extranjeras de prestigio, como Alfaguara y Norma, entre otras, empiezan a dar espacio a ellos. Ya se ha hecho una película con una novela dominicana, que es Carnaval de Sodoma, de Pedro Antonio Valdez. Además, los intercambios que ha producido tanto la Feria del Libro como el Festival Internacional de Poesía han influido en el crecimiento y formación de los escritores, redundando en una mayor calidad de nuestras letras. A eso se suma la conformación de una tradición literaria de calidad que sirve punto de partida a nuestros jóvenes autores, con textos que pueden equipararse a los mejores del mundo, como es el caso de Yelidá, de Tomás Hernández Franco; Rosa de tierra, de Rafael Américo Henríquez; Hay un país en el mundo, de Pedro Mirl; Esta canción estaba tirada por el suelo, de Franklin Mieses Burgos, las cuales al sumarse a las piezas maestras de la poesía popular, como es el caso de El follón de Yamasá, de Juan Antonio Alix. Así que sí. Estamos “haciendo el trabajo” y estamos encaminados.
2. Me gustaría conocer su opinión sobre las razones por las cuales las letras nacionales no han trascendido hacia un público digamos internacional. ¿Por qué razón nunca nos encontramos con un autor dominicano cuyas obras se encuentren entre las más leídas en America Latina, en Estados Unidos, en Europa? ¿Es que aquí no hay escritores o que no están dadas las condiciones generales para que esto ocurra? ¿Por qué?
Dos razones básicas han impedido que los dominicanos podamos tener uno o varios autores que hayan trascendido internacionalmente en términos de mercado, ventas, presencia e influencia en la literatura mundial. La primera es que no hemos logrado instaurar un mercado del libro nacional, hacer que los lectores dominicanos compren los libros dominicanos con el mismo o parecido impulso que a los extranjeros. Porque contrario a lo que se ha dicho muchas veces, aquí hay un mercado de lectores, hay una considerable cantidad de personas que leen. No es que podamos compararnos a los grandes países en nivel lectoral, pero aunque poseemos un bajo porcentaje de lectores, los que tenemos constituyen un número suficiente como para que nuestros escritores vendieran. Lo que pasa es que por décadas no se han implementado las políticas necesarias para que el escritor dominicano tenga mercado. Algunos que lo tienen, como Juan Bosch, Marcio Veloz Maggiolo, Mario Emilio Pérez -el cual ha sido malvalorado por la llamada élite literaria, pero es un valioso autor de humor-. Y hay libros -como Solo cenizas hallarás, de Pedro Vergés o el mismo Carnaval de Sodoma- que si se reimprimieran y promovieran bien, tendrían buena venta.
La segunda razón es que nuestro país no tiene la imagen de marca de país literario, de país creativo, de país culto, que hace falta para que los lectores y editoriales mundiales se interesen en sumarnos al catálogo de sus aficiones y negocios. Es posible que tengamos algunos novelistas y cuentistas tan buenos como Colombia, Chile, Argentina, México, pero no damos credibilidad, confiabilidad, ante los agentes de la venta internacional. Si nos pasara en literatura como nos sucede en la música, en la cual tenemos toda una tradición de fama intenacional -Juan Luis Guerra y otros grandes que han penetrado recientemente el mercado internacional, por ejemplo, contaron con los antecedentes de músicos dominicanos de trascendencia internacional. Porque tenemos una tradición internacional de músicos de calidad, como los conjuntos musicales de Johnny Pacheco, Wilfrido Vargas, Johnny Ventura o compositores como Luis Kalaf, Mario de Jesús, Buyumba Landestoy y unos cuantos más-, que han servido de base para ese reconocimiento, al igual que en el campo del beisbol. No obstante, debo decir que el Ministerio de Cultura ha hecho su esfuerzo, y últimamente han surgido métodos como el empleado por Editorial Santuario y algunos escritores que visitan las escuelas, van a ferias internacionales, etc. que han cosechado algún meritorio éxito.
3. ¿En qué trabaja ahora mismo en término de las letras? ¿Qué le recomendaría en cuanto a los caminos a seguir a sus hermanos en las letras?
Me haces dos preguntas en una. Vamos por parte, como diría Jack el Destripador. En cuanto a mi actividad como escritor, te diré que estoy siempre trabajando. Escribo cuentos, ahora un poco experimentales en el area verbal, en los cuales la temática es un poco teórica, conceptual, pero sin dejar de tener la humedad sensual suficiente para tentar al lector. En poesía, sigo escribiendo sonetos en los que desarrollo una nueva forma de estos, con versos nunca antes escritos en lengua alguna: con sílabas de 21 y 24 sílabas, y con tres hemistiquios y cesuras, las cuales además riman interiormente aparte de la rima final habitual. Por ser tres habría que inventarles también un nuevo nombre: díríamos que trimistiquios, pues hemistiquio viene del griego latinizado hemis, que significa dos y tiquio, que es cojunto de sílabas. Continúo también desarrollando una nueva forma de verso libre en el que en vez de basar mi poesía en el rosario de metáforas que ha impuesto la tradición castellana -con sus brillantes excepciones: Quevedo, Unamuno, Machado, Borges y dos o tres más- entro en el drama crudo que aprendí en la poesía inglesa gótica y la oriental –India, China y Japón-, de humor negro. Llevándola a unos extremos mayores al convertirla en un humor cortante, ácido, crudo, al tiempo que basados en un telón de fondo social o una hondura filosófica irreverente y desagradable para el lector de pretenciones intelectualizantes, y divertida y atractiva para el lector inocente, sencillo y normal que en vez de jugar a escondidas con el texto o pretender que sea un acertijo, adivinanza o test de inteligencia, busca verlo como una herramienta lúdica, hedónica y motivante, enlazada en las rarezas e imperfecciones del universo, cuya gracia le permitirá retornar a él en cualquier momento de su vida, porque no podrá ni querrá olvidarlo.
En cuanto a qué le recomendaría a los hermanos de letras y su camino a seguir, supongo que te refieres a los nuevos escritores, a los jóvenes que empiezan o a los viejos que, como yo, no envejecen porque están siempre hurgando en la realidad cotidiana o histórica, en las letras u otras artes para encontrar innovadoras formas de escribir. Recomiendo sobre todo que descubran si de forma natural tienen la vocación de lector, porque si no son fanáticos de la lectura, si no son buenos lectores, si leen por deber y no por placer, tampoco escribirán por placer, y no serán los escritores que la humanidad eterniza. Podrán ganar premios que los otorgan otros que no escriben por gusto sino por razones académicas o por complacer a los críticos o a los lectores vulgares -disfrazados de cultos- que no buscan gozar las letras sino exhibir conocimiento o probar su supuesta inteligencia explorando pesados laberintos.
Lo segundo que recomiendo es leer a los grandes clásicos primero, antes de internarse en la literatura de moda, cuya autenticidad no ha pasado por la prueba del tiempo y las culturas. Porque son los clásicos los que nos dan la idea de lo perenne, pues por algo han durado siglos y siglos en el gusto de la humanidad de distintas culturas y épocas. André Maurois escribió un pequeño texto donde dice todo lo necesario para escribir bien desde cartas secretariales, informe científicos hasta creaciones literarias. Si escribes mi nombre en google encontrarás un sitio que se llama Página de los Cuentos, donde mi nick o pseudónimo es Delfinnegro. Encontrarás, luego de mi biografía en esa página esa pequeña genialidad de Maurois aconsejando a los escritores.
4. Qué opina usted sobre las políticas culturales aplicadas y cuáles son las que cree deben llevarse a cabo desde el Ministerio de Cultura?
Hasta ahora, las políticas culturales aplicadas en el país tienen un historial de crecimiento y de mejoría, aunque han tenido sus buenos y malos momentos. Diríamos que el primer gobierno que lanzó una derminada y clara política cultural fue el de Trujillo, encabezada, entre otros, por su hermano Petán. Tuvo sus aspectos negativos, como el hecho de condicionar el arte a no criticar los males sociales ocasionados por ese terrible y abominable régimen. Y tuvo de positiva el hecho de instalar muchas escuelas de música y otras artes, en el país, y de convertir a Radiotelevisión Dominicana -hoy Corporación Estatal de Radio y Televisión- en una escuela de declamación, canto lírico, canto popular, formando músicos, música, teatro, etc. También conformó el primer conjunto de infraestructuras físicas de la cultura, construyendo el Palacio de Bellas Artes y otras obras. La segunda fue la del Dr. Balaguer. Su parte negativa fue la de que no promovió para nada las artes, dejó caer las escuelas que había y no definió propiamente una clara idea de política cultural. Lo positivo fue la ampliación de la infraestructura cultural, creando la Plaza de la Cultura, el Teatro Nacional, el Museo de Arte Moderno, el Gran Teatro del Cibao, etc. De los gobiernos perredeístas, podemos decir que hicieron muy poco en lo cultural. Guzmán no hizo precisamente nada destacable. Jorge Blanco solo el Festival de la Cultura, realizado, si mal no recuerdo, solo dos veces. En cuanto a los gobiernos peledeístas del Dr. Leonel Fernández, sí que han hecho mucho. Creando primero el Consejo Presidencial de Cultura, el cual hizo diagnóstico, un estudio sobre la real situación de la cultura en el país y trabajando los fundamentos teóricos y prácticos que le sirvieron al Dr. Fernández para crear la Secretaría de Estado de Cultura, que dio origen en su tercer mandato al actual Ministerio de Cultura. Sobre todo la mundialización de nuestra cultura. Reformuló la Feria del Libro convirtiéndola en internacional en vez de nacional, en manos del gran ensayista y poeta José Rafael Lantigua. Ya como ministro de cultura, Lantigua y su equipo han sido la cabeza guía que ha diseñado las políticas culturales del Gobierno del Presidente Leonel Fernández. A eso se ha sumado el trabajo cultural que han hecho otras entidades: el Banco de Reservas, el Banco Central, el Archivo General de la Nación, el Despacho de la Primera Dama y otros. A mi entender, ha sido la época de oro de la cultura dominicana, aunque de las tres bases que debe desarrollar una correcta política cultural -investigación, preservación y difusión de los bienes culturales nacionales y extranjeros- se haya privilegiado ante todo la parte de difusión, en detrimento de las otras dos.
5. ¿Cuál es el papel de la cultura en el desarrollo de los pueblos?
Creo que es fundamental, porque el surgimiento y mantenimiento de la identidad de las naciones son un producto cultural. Pero para una respuesta más amplia, invito a leer, en la Página de los Cuentos, dos pequeños estudios que escribí titulados Cultura y nación en tiempos de globalización y Puesta en valor de la cultura en las sociedades modernas.
6.Háblenos un poco sobre sus labores desempeñadas en el Ministerio de Cultura, antes de llegar usted su actual función de Gerente de Cultura del Banco de Reservas.
Mi llegada al Banco de Reservas está precedida primero por mi trabajo como director de la Biblioteca República Dominicana, durante los primeros 4 años del segundo período del gobierno del Dr. Fernández, y luego encabezando la Dirección del Plan Quinquenal del Libro y la Lectura, en el Ministerio de Cultura, en el tercer mandato del Presidente. En ambos tuve la suerte de seleccionar un excelente equipo humano, y con muy pocos recursos hicimos de tripa corazón, logrando acciones de gran impacto social nacional e internacional.
En el primer caso, podría decirse que revolucioné el concepto de biblioteca, como -hasta donde sé- no se había hecho en el mundo: hacerla algo más que un simple lugar donde ir a leer libros y periódicos. Alguna gente me criticó al principio, pero luego tuvieron que comprender que fuimos pioneros en una línea que es la que actualmente viven las bibliotecas del mundo. Empecé introduciendo la Tertulia Jueves de la República, la Noche de Cantautores Populares, la Noche de la Música Clásica, el Círculo Creativo en el que podían ir profesionales, hombres del pueblo, estudianes de cualquier área a desarrollar las comunes habilidades creadoras, y nutrir sus mentes con conocimiento fresco y una práctica democrática, crítica y armoniosa de las ideas disímiles. Impulsamos la Sala de Exposiciones de Pinturas para dar oportunidad a jóvenes pintores no reconocidos, y multiplicamos por dos los 25,000 volúmenes con que la encontramos, llevándola a 50,000 ejemplares. Consiguiendo también que Indotel la dotara de internet.
Luego, en la Dirección del Plan Quinquenal del Libro y la Lectura causamos asombro y admiración en Colombia y Chile, al presentar los nuevos metodos que apliqué para motivar la lectura saliéndome de lo convencional, partiendo de que así como para vender un producto en el mercado se apela a identificarlos con los intereses y motivaciones primarias, instintoss, intuiciones y experiencias de vida del consumidor, así hice con la lectura: vendérsela a los estudiantes y pueblo en general asociándola a sus intereses románticos, eróticos, de aventuras, de juegos, de fantasías y entretenimiento; mostrarles que la lectura los ayuda a conseguir empleo, contra la depresión, a levantarse una muchacha o muchacho amorosamente, ganar más amigos, destacarse contando cuentos en reuniones sociales, etc. Veindo la lectura más como un placer que como un deber. Introduje las dinámicas Escritores a las aulas, Lectura dramatizada, Lectura en voz alta, Asaltos de lectura (este último en discotecas, bares, fiestas, parques, tiendas, oficinas públicas, etc.).
Así escribí los 4 opúsculos que fueron las herramientas para desarrollar ese nuevo método motivacional: Uno fue Dieciseis motivos por los que ganamos leyendo, otro Motivando a los motivadores, para profesores, más los de Cómo hacer lectura dramatizada y Practicando la lectura en voz alta.
7. En su condición actual de Gerente de Cultura del Banco de Reservas, ¿qué proyectos tiene?
Muy buena pregunta. Antes de mi llegada, el Banco de Reservas ha desarrollado durante años una intensa labor de publicación, compra y donación de libros, de reconocimentos a nuestros grandes músicos, de colaboración con el sector cultural, dedicando grandes esfuerzos y recursos a esa encomiable labor de investigación, preservación y difusión de nuestros valores culturales, creando una larga y hermosa tradición.
Si algo me toca hacer es seguir esa importante labor, desarrollarla. Evidenteemente, me planteo enriquecerla, por ejemplo, introduciendo la parte de investigación para publicaciones nuevas, en colaboración con las universidades y otras instituciones, ampliando esas políticas culturales que dan tan buena imagen al banco, incluyendo sectores como el de la música clásica, la pintura, escultura, investigación, la ciencia, etc.
El banco vive un gran momento, pues está administrado por el Lic. Vicente Bengoa Albizu, un excelente economista con gran sensibilidad hacia la creación, el arte y la ciencia como elementos culturales. También con un gran equipo, encabezado por Orión Mejía, Salvador Tavárez, Oscar Peña, Rolando Pérez Uribe, hombres de ideas, de laboriosidad, de entrega total al trabajo por la cultura. Junto a ellos pienso coadyuvar a diversificar e intensificar todavía más las labores en este campo, que brinda al Banco de Reservas una imagen corporativa más amigable, aparte de la gran colaboración con el desarrollo creativo y material del país que se logra con el desarollo del pensamiento y la ampliación del conocimiento en los pueblos.
Quiero terminar agradeciéndote a ti, Daniela de la Cruz Gómez, por tus acertadas preguntas, y por tener la gentileza de invitarme a exponer mis ideas en los medios de comunicación en que con tanta profesionalidad periodística llegas, tanto en la televisión, la radio, la prensa y el internet a tu amplio y selecto público.
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