Tijuana BC. Enero 2012. … ¡Que nazcan sin verga!
Es una niña obligada a ser mujer, raptada de su hogar por secuestradores, vendida a proxenetas, humillada y usada por despreciables seres inhumanos de doble y triple moral.
Lleva en sus tacones impregnados, imágenes imposibles de borrar.
Carga a cuestas una tristeza larga, pesada, cuenta sus decisiones equivocadas, una por cada hora que ha pasado de pie esperando un cliente.
Se deshonra entregándose y le pagan por esto.
Le pegan y pagan por entregarse sin escrúpulos, sin asco, en cuerpos ajenos, con miradas lujuriosas, ojos inyectados con deseo y desprecio.
Harta de carnes viejas, bocas sucias, pieles sudorosas, malolientes, rostros sin rasurar, caricias groseras que estrujan, envilecen.
Anhela un cambio.
¿Con cuantos seres más terminara acostándose?
¿De cuantos laberintos más tendrá que salir?
¿En cuantos fracasos más deberá caer?
Sus noches llegan plagadas de jadeos animales, con ecos helados de alcohol montándole y el sonido obstinado de las llaves de su cuarto_celda, refugio de una cama, que no es más que un colchón sucio, donde transcurren todos los dramas humanos.
Babas, lágrimas y esperma.
Su sorda imploración a no abrir una vez más las piernas, que ignoran los sucios cumplidos.
Reza mientras llora.
Pide a Dios el milagro de dormir y no despertar, que no existan esas manos, esas marcas de dientes en la piel.
Que tome esos cuerpos inflamados por el alcohol y los abra en dos para adormecerles los músculos, que les amarre la lengua sucia, que les corte las manos con que torturan más allá del dolor.
Que cambie los gritos y golpes por suaves besos cálidos, y los hombres… ¡Que nazcan sin verga!
Musculo que les controla cuando pierden la inocencia de la infancia.
La toman y la dejan.
Aunque algunos vuelven con ideas fanfarronas, con más fantasías para hacerla sufrir.
Ponte de está manera, trágate esto, repite, grita, déjate hacer y te pago el doble.
Un rastro de baba, hematomas y los pezones irritados, le hacen jurar que nunca más los trataran así, siente dolor en sitios que no tendría por qué sentirlo.
Las sombras le persiguen.
Llora con tristeza su vergüenza.
Es una esclava sexual que diario vende su cuerpo, aunque…siempre regresa con el.
Andrea Guadalupe.
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