Como sacada de una película de acción
al más puro estilo de Quentin Tharantino, Robert Rodriguez y Kevin Walker
un poco más fría y sangrienta
pareciera ser la historia que estamos escribiendo los Guatemaltecos,
¡y es que no puede ser!
¿En qué estamos pensando?
¿En qué nos hemos convertido? y
no quiero pensar en que terminaremos sino hacemos algo.
Si la deshumanización se ha convertido en virus y
día a día se propaga más,
la descomposición del humano ha llegado a límites qué
ni Julio Verne imaginó,
el que no se adapta y rechaza este mal que nos condena
ponen en sus manos el ticket de la muerte
¡y como no! si la vida ya no vale nada,
así es!, algunos solo le dan el valor de una bala.
Esta tan corrompida la sociedad
que ya hasta ser gangster se mira bien,
que las mafias ahora se visten de presidentes, diputados, ministros, alcaldes y demás,
buscando la inmunidad y abrir sus fronteras,
todavía pretenden ser admirados y respetados,
cuando se han servido de nosotros “el pueblo”,
para alcanzar sus metas personales
a costa del caos, la zozobra, la violencia, la corrupción y la sangre.
¡Si! Llora sangre mi Guatemala
brotan sus lágrimas en cada calle, avenida, camino o vereda de mi tierra,
pareciera no encontrar consuelo y
cada día llora más,
y a cada poco lloró más,
ya que todos tenemos una cruz que cargar,
habiendo vivido en carne propia la opresión y coacción del Estado y
ahora el martirio de una sociedad civil sin ley,
donde cualquiera hace lo que se le da la gana,
donde la honorabilidad, el respeto y la cordialidad son quimeras,
donde el fin justifica los medios y
el chantaje, corrupción, homicidios, secuestros, violaciones son el pan de cada día.
Sin estar en guerra nos estamos matando
¿y para qué me pregunto?,
¿y para qué les pregunto?
¿qué puede valer más que la vida misma?
a veces puede ser deprimente estar en este escenario,
otras veces triste, otras insoportable y
otras muchas más motivante cuando ves el esplendor de la gente ,
trabajadora, honesta, humilde, íntegra,
capaces de transformar una lágrima en sonrisa,
una dificultad en oportunidad,
el murmulló en un grito de libertad,
personas dispuestas a sacrificarse por el cambio.
Estoy en contra de la mentira, la traición,
el odio, el rencor, la hipocresía, la avaricia y la codicia,
así como del resto de los pecados capitales,
por eso no trato de quedar bien con nadie.
Simplemente soy…
y quiero que me dejen ser… y estar,
ser feliz y vivir,
siempre apegado a las reglas de lo etéreo,
porque quiero paz,
unidad, respeto, armonía, trabajo
y la conciencia tranquila,
de saber que no fui solo un ave de paso.
Julio Figueroa Robles
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