URDIMBRE DE ESPINAS Punzantes como espinas del erizo tus hirientes palabras sin cordura saben a hiel a espanto y calentura y a la frialdad del hielo y del granizo. Corrompido, alevoso bebedizo con sabor a gangrena y sepultura que conduce a una muerte prematura por la que sin remedio me deslizo. Con ojos incendiados me taladras, penetras con tus dientes mis arterias y ruges como fieras bravuconas. Pregonando tu odio y tus miserias, muerdes mi mano y como perro ladras, y en urdimbre de espinas me coronas.
Texto agregado el 03-01-2012, y leído por 292 visitantes. (6 votos)