Ya ves llegué hasta tus lagrimas con mis pies, me acariciaste la piel sentí tus manos suaves como se escurrían dejándome una dulce y salada espuma entre mis dedos ¡escalofríos! Me entraron por todo mi cuerpo ¡paralizándome! ¡pensé que soñaba! ¡Pero no!. Gire mi cabeza solo vi una silla en
dirección hacia tu bella cara, dí una vuelta de trecientos setenta grados con los brazos abiertos, mirándote en el cielo solo estábamos tú y yo, sin saberlo era el día de nuestro encuentro, varias gaviotas me rodean picoteando la arena ¡gracias! Por dejarme la silla, pero dejaré que el próximo se siente con los brazos cruzados ¡quieres ser un perdedor! ¡Pues anda siéntate un rato! En mi costado izquierdo me susurra una brisa con un frescor a flores dejando tu perfume. Con el brillo de tu piel señalas, el camino hasta tus faldas pasando por debajo del arco iris, mis ojos no parpadean ni un instante, se secaron las lagrimas llenas de anhelos cuando sentí tu calor. Por unos instantes pensé que era verdad ¡miro al frente hay un banco de cara al mar a pie de olas! En el una pareja sentados abrazados y besándose.... Me los quedé mirando fijamente, sinceramente era una muy bella imagen, se veían como sombras bajo el atardecer, quise mantener distancias no quería romper ese momento tan especial, menos aun que se sintieran observados ¡Estaban en su máxima euforia de pasión! Se podía sentir el amor deseado, se acarician, se besan, se miran, se dicen te amo... hasta el infinito. Bajo tu cara, tu mirada, tus labios, sentados en tu falda.....