Eran manos cansadas, rusticas, se movían rápidas haciendo su trabajo; también fueron las más tiernas.
Los años dejaban ver en ellas pequeñas manchas en la piel y venas prominentes saliendo entre las arrugas. Se advertían ásperas, ajadas, y a pesar de tanta rusticidad siempre me ofrecieron un dulce calor con cada caricia.
Esas manos eran de mi viejo.
Cuanto te extraño cada día.
Texto agregado el 31-12-2011, y leído por 159
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Lectores Opinan
31-12-2011
Muy tierno!!!
Me encantó. azucenami
31-12-2011
Volver de pronto la vista a los que se fueron, excelente descripción de manos que llenas de amor nos guiaron por buenos senderos Niebla-Peregrina
31-12-2011
Si dentro del ciclo de vida está el morir, también está el recordar a quienes no están.
Buen texto. alberramira
31-12-2011
Tambien yo lo extraño...mas en estos dias.
Un abrazo de calor para ti y todas mis***** ahava_asura
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