Tijuana BC. Dic. 2011. Un deseo…
Te obsequio las noches eternas, los minutos perezosos, la humedad de mi rostro, la frialdad de mis manos sin ti.
Te obsequio las pesadillas, los recuerdos mutilados, mis deseos más íntimos, el camino destrozado de mi cuerpo.
Te regalo mi amor fugaz, lleno de hojas secas y frutos de otoño.
El frío, la sed, el hambre y este dolor, que dice ser mi dueño.
Te obsequio todo lo que guardo de ti: la imagen de tu sonrisa, la penumbra de tu boca, la oscuridad de tu alma, la verdad de tus mentiras, la hipocresía de tu piel, tus ojos huraños.
Te ofrendo mi caja de recuerdos, con su lazo rosa y todo, los recortes de un amor que quedaron viejos, las esquinas dobladas de mi alma, la idiotez de mi memoria, la desmemoria cansada de tu presencia en cada paso de mi calle.
Te obsequio cada minuto de nuestro tiempo, manoseado y maltrecho, ése que nunca fue nuestro.
Y ahora, por favor, solo que tú, me regales el olvido
Un deseo…
Ojala las ladillas de de cien gentes insalubres, infecten los genitales de quien intente fastidiarme el año próximo... Y que tenga los brazos tan cortos que no pueda rascarse.
Andrea Guadalupe.
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