La pasión me nublaba los sentidos. Conocia los peligros que podian llevarme a sufrir si me dejaba arrastrar por los inconfesables deseos que me provocaba la vision de esa hermosa mujer.
Ella, joven, llena de vida y presumiendo de sus encantos, sin recato. Expuesta a ser vista en su semidesnudez, provocandome, zahiriendome con sus lascivos movimientos, mirandome fijamente a los ojos... frunciendo sus labios en lo que queria ser un beso, lanzado al aire, mientras me miraba fijamente y entornaba uno de sus pintados ojos en un guiño cómplice. Me levante de la silla en que me encontraba, y, paso a paso, lentamente, me dirige hacia donde se encontraba. Me incline, la abraze por su fino talle, la eleve hacia mi, mire sus ojos, acerque mi boca a la suya y.... Desperté.
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