Cada noche ella empieza otra vez, cada noche enciende en su corazón los recuerdos mas tibios porque solo de ese modo puede retenerlo dentro de su cuerpo. Todas las noches evoca cada uno de sus besos antes de dormir porque es su manera de decir hasta mañana.
Cada noche, cada mañana, a cada momento de su día imagina la piel de él rozando la suya y se estremece.
Cada noche renueva sus pensamientos para que éstos invadan sus sueños, renueva sus sueños para que éstos iluminen su alma y la llenen de nuevas esperanzas por volver a encontrarlo.
Levanta la vista esperando verlo a él aproximándose por la puerta de su habitación en donde ella ahora escribe para retener a traves de las palabras sus mejores recuerdos.
Vuelve a sonreír porque piensa en él tanto que su cuerpo se agita, la hace abrazarse a su almohada mirando lejos un punto fijo, inmóvil, silenciosa como si mirara una película ya conocida reiteradamente.
Todo el tiempo ella teje en su mente ilusos momentos, porque hoy con todas sus fuerzas ella lo ama, y en su corazón y en su cabeza no hace mas que hilar imágenes que la llevan a compartir con él una vida entera.
Escribe palabras sueltas que le salen sin querer y sin orden, compartir, sentir, estar, tener, querer, aclarar, tomar...no tiene un orden consciente, pero a medida que pasan las horas entiende porque escribió antes esas palabras aparentemente sin ningún sentido de prioridad, solo salían de su mano, porque en realidad es lo que en su corazón se encuentra encerrado.
Escribe en su mente con imágenes las sensaciones que fantasea, como si realmente estuviera ahora mismo a su lado, pegadita a su cuerpo, enredada entre sus piernas.
Ella lo toma de las manos y lo besa suavemente diciendole a los ojos cuan feliz se siente a su lado. Sus dedos se entrecruzan, la piel de ambos empieza a erizarse en cada caricia. El la toma con las dos manos la cara y la acerca tiernamente, coloca sus labios en los de ella y la besa intensamente. Aprieta el bolígrafo en la hoja porque la intensidad de ese beso imaginado la hace vibrar, sentir, estremecerse.
Intenta describir en éstas páginas la suavidad de sus manos, la calidez de sus besos y la luminosidad de su mirada.
Ella lo abraza con fuerza rodeando su cuello, entrecruza sus dedos en sus rubios cabellos, masajeando suave hasta la nuca.
Sus manos tocan y desajustan las ropas, ella solo se deja llevar por su imaginación para retener esos besos que tanto desea. Los describe en su mente, los escribe ahora en sus hojas, para poder detener y describir la imágen antes que ésta se esfume deliberadamente en el aire.