Tijuana BC. Dic. 2011. Creo que ya nos merecemos…
Estas líneas, son para ti, tú, que en este preciso momento navegas por la red, y por casualidad, destino o decisión, te encuentras aquí.
Son para ti, para nadie más.
Se acaba un año, y creí que la mejor manera de agradecer el tiempo que me has acompañado, en está que es época de decir: Felices Fiestas, colmadas de buenos deseos como la paz, amor, salud y prosperidad.
Reflexiono y pienso que está, debiera ser una pausa para intentar establecer un remanso de paz en el espíritu.
Tal vez, de manera utópica, seria que la buena voluntad de la temporada fuese para siempre, o mínimo la mayor parte del tiempo.
Sólo que, al parecer, los seres humanos, no somos capaces de extender el amor, más allá de unos cuantos días.
Después, es volver a las rutinas negativas.
Aunque, ¿Sabes?, aparte de deseos, también es época de regalar y dar.
¿Qué puedo regalarte?
Sólo puedo darte un obsequio limitado a estas líneas, expresándome a través de la palabra escrita.
Mi regalo, es desearte, que si no tienes amor, te llegue, si te falta salud, la recuperes, si estas triste, que la alegría visite tu corazón y se instale en tu existencia, si no gozas de paz y tranquilidad, que vuelvan ha ti.
Si hay seres queridos alejados por la distancia, que restablezcan el contacto.
Es decir…deseo de corazón, que tu vida se llene de música, baile, sonrisas, risas infantiles y carcajadas.
Que tengas tiempo y lugar para él sol, la luna, las estrellas, la mar, las flores…
Todo en carretas llenas el borde, ahora que aún es tiempo, porque la vida humana no es eterna, basta con ir a una funeraria para contemplar el orden finito, lo temporal.
Sólo que no olvides que la vida para tod@s, en especial, quienes te rodean o tienen un lazo contigo, el asunto es calle de doble sentido, dar y recibir.
Al igual que tú, l@s demás, también esperan tu amor, llamada, felicitación, abrazo…
Cierto que eres, sólo que en la medida que somos.
Soy porque me dieron vida, otr@s, me dan tiempo, cariño y compartimos: no soy, somos…
En la medida que damos, recibimos, somos dualidad, si actuamos con buena voluntad, mayor será nuestra paz, felicidad y riqueza espiritual.
¡Más hace quien quiere, que quien puede!
Creo que ya nos merecemos la famosa: Paz en la tierra a los seres de Buena Voluntad.
Desde mi rincón existencial, Tijuana BC, donde te deseo que nuestros propósitos de Año Nuevo, no sean solo humanos, sino impulsados por el poder de Dios, como tú lo concibas.
Andrea Guadalupe.
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