Tijuana BC. DIC. 2011. No es que Chicomapa, región ubicada entre los caminos recónditos y olvidados de la nación, no tenga importancia o no exista.
No es que el lugar no esté en las cartografías, sólo que comparado con otras, es una comunidad invisible.
Por eso, las autoridades locales, decidieron izar una bandera enorme, tan grande como el deseo de figurar entre los absurdos de Ripley.
Una vez enarbolada, la gigantesca insignia, ya no señalaba, ocultaba, cubrió todo con monotonía, sin misericordia.
El ordinario desarrollo de la vida comunitaria, se vio alterado.
El tejido, tupido, de colores sólidos, impidió el paso de la luz del sol, así como la lluvia y el habitual recorrido del viento.
Las aves no pudieron volar, los ríos, agonizaron, las ondas de radio y telefonía no alcanzaron a traspasar la masa textil, la comunicación con el exterior, ups, ¡Se paralizo!
Algunas personas con nexos familiares o comerciales, muestran su confusión.
Piensan, creen, se imaginan que debe haber sucedido algo tan terrible como una catástrofe, un adelanto del Apocalipsis.
Se considera dentro de los círculos gubernamentales encargados de la geografía, la posibilidad de borrar esa comunidad, región o pueblo de la memoria colectiva.
Al fin y al cabo, ninguno de sus habitantes puede haber sobrevivido: Nadie podría vivir bajo algo tan asfixiante.
En cierta sociedad de criterios cerrados, por edictos prejuiciados, machistas, misóginos, lo normal en algunos lugares, como suele suceder, prohibieron cualquier tipo de manifestación escrita o explicita proveniente de la comunidad de la diversidad sexual.
A la mañana siguiente, en medio de un silencio sepulcral que se abatió sobre aquella casta imbécil, un destacamento perseguía a una activista, en un intento de acallar su voz.
Le cortaron la lengua, y empezó a silbar.
Le cortaron los labios y mostro sus dotes para la danza.
Le cortaron las piernas, y se dispuso a utilizar el cerebro.
Intentaron extirparle las ideas que proclamaba, sólo que…se movía demasiado y ellos…estaban tan cansados.
Andrea Guadalupe.
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