Sacas repletas




Cae el torrente de sal y caldos nuevos,
Cae sobre la estampida que los pastos olvidan,
Y a la par las sacas repletas de barricas con arena negra,
Tiemblan al moverse los suelos bajo los pies de piedra.

Con la vejez acuestas aparecen los ciempiés
Para poner remedio a las imposiciones,
Que con ímpetu forzada y medida daga,
Destronan a las perfumadas damas
Y las envían hacia la lejanía,
Hacia el exilio sin motivo,
Alí donde se pierde el tono y el color,
Los perversos acogidos
Que mintieron siempre,
Las obligan a llegar.


Aguadulce, diciembre de 2011
José María De Benito