“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor. Y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él”.
Cualquier amor que podamos manifestar aquí en la tierra si es verdadero amor no puede afectar negativamente a nadie, ni puede implicar pecado, tampoco puede ser oculto o a escondidas, si así fuere no es amor en verdad (Jesús es la verdad), pero si podría ser un sentimiento o pensamiento diabólico y enfermizo.
Toda relación que permita el pecado no tiene amor, no importa que tipo de relación sea, si existe en ella el pecado búsquele otro nombre a esa relación pero no es AMOR.
El mundo ha querido distorsionar los asuntos de Dios y a las relaciones sexuales le dicen amor (aunque sea en adulterio), se mata por amor (matar es pecado), se cela por amor (aunque esto nos lleve infierno).
Si alguien dice: “Yo amo a Dios” y odia a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.
Cuando cometemos adulterio, matamos, celamos o cualquier otro pecado, en realidad estamos odiando a nuestro hermano y llegamos a ser mentiroso y aunque nos jactemos de decir que amamos a Dios no es verdad, aunque prediquemos no es verdad, aunque profeticemos no es verdad, aunque hablemos en lenguas no es verdad, aunque resucitemos muertos no es verdad.
La única verdad que podría existir en ese tipo de relación es la mentira de satanás y que en realidad no estamos entendiendo a nuestro Señor Jesús cuando dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”, en Jesús no convive el pecado así de simple.
Para finalizar me gustaría citar la Biblia y demostrar que muchas manifestaciones humanas que el mundo llama amor o que la expresa por amor no es más que un engaño de satanas, escuchemos la voz de Dios en el libro a los Gálatas:
5:19-21 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
|