Si las palabras fueran besos, si las estrofas de cualquier poema, fuera tu mirada, si la mañana cansada de esperarte, fuera una ilusión, entonces podría volver a tener esperanzas de ser feliz, pero la distancia y la ausencia de éstas tardes, de éste lejano lugar en donde me dejaste, vuelve oscuro la ilusión por volver a mirarme en tus pupilas brillantes, en tus ojos claros.
No dejaré de escribirte, porque en cada letra puedo expresar mi amor por vos.
No dejaré de soñarte, porque simplemente es una misión imposible de lograr.
No dejaré de esperarte, porque en la espera crece mi alma impregnada de tu aroma y de aquellas palabras tiernas que alguna vez dijimos juntos.