Tijuana BC. Dic. 2011. Cierta escritora loca...
Sucedió alguna ocasión en un lugar cuyo recuerdo flota en las tormentosas aguas de mi memoria.
Existió un hombre lujurioso en extremo, que desnudaba a cualquier mujer con la mirada.
Por esa circunstancia, se le prohibió la entrad a cualquier lugar publico, en su trabajo, le obligaron a realizar sus actividades desde su casa.
Todas las mujeres que se consideraban; decentes, pudorosas, huían de él, aunque no siempre lograban evitarlo por las calles, alamedas o plazas.
Y contra ese hombre, legalmente hablando, nada podía hacerse.
Una fría mañana, como está que hoy se dejo sentir, y que quizá, tal vez, fue el resorte emocional que acciono el mecanismo de mis recuerdos, el cadáver del infame que despojaba las ropas con su mirada, fue hallado en un callejón.
Y aunque alguien le había vaciado los ojos con los tacones de unas zapatillas rojas de charol, las autoridades competentes, declararon que había sido muerte natural.
Hoy, casi todas las mujeres de esa comunidad duermen tranquilas, aunque, muy en su interior, temen que aparezca otro hombre capaz de desnudar con la mirada.
Más sin embargo, hay cierta escritora loca que, en ocasiones, le hecha de menos.
Andrea Guadalupe.
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