Ejercicio 1
Poema
Título: Una flor sobre la losa
Flor de cumbre
Sobre el liquen rocoso
Rosa gastado, anochece en la tumba
Comentario del texto
Una flor en la cumbre
De los desarraigos anuales
Silencios de un año
Dispensas de un día
Una pátina de ocres dolorosos
Sobre un fondo de verdor liquen
La flor depositada, por este que os narra
En esa roca, que tiene el semblante de muerte
Sobre ella, el liquen, testigo sudario de noches frías
El otoño se ha vestido de otoño
Ocres sentenciados a muerte
Al llegar, en la tarde de los Difuntos
Preludio de noche de Santa Compaña
Piensa, que este camino lo andarás
Levitando sobre hombros de familia
Como toda la vida ha sido, ancestralmente
Sobre mi hombro, también se ha clavado madera de muerto
Y subes en silencio,
A honrar a tus muertos olvidados
En el día de Todos Los Santos
Por ese camino de otoños de castaños y encinas
Y de nubes volátiles
Sumisas y calladas nubes,
Lamedoras de casas yermas
Susurradoras de caras inertes
La cruz del campo santo en granito porriño,
con las aristas gastadas
Fría y húmeda como la muerte
Todavía huelo a chimenea y a leche caliente
Y pongo la mano sobre el hombro de mi hijo
Como me la pusieron a mí, durante muchos años
Y esa inscripción, que conmueve mis entrañas
Por próxima, por familiar, por añorada
Madre de mi madre, cáliz del cáliz, de donde nací
La muerte no respeta ni a los muertos
Removiendo conciencias
Semillas de recuerdos, que germinan todos los años en otoño
En todo su esplendor de muerte y silencio
De tributo y honra
De enigmáticos recuerdos, de olores
He recordado hasta el tacto de su mano sobre mi mejilla caliente
Y esos ojos vidriosos, con lágrimas siempre, color botella de agua
Verde agua, le llaman
Verde melancolía, le digo yo
Sí pudiera abrazarte,
mis brazos no te abarcan entera, abuela de luto
De pequeño que era,
Y que me acostaras en esa cama de lana,
Donde me hundía remetido, casi ensobrado,
Y que me estamparas un beso sonoro,
Esos besos que solo saben dar las abuelas,
Oler otra vez tu cara de sinceridad y amor
Mi tributo y mi respeto, en pie, sobre la tierra de olor tierra
Sobre ese manto hoyado de pueblo viejo y sabio
Respeto y silencio por los difuntos, que enterramos en tierra
La misma que nos llama profunda, y nos sujeta los tobillos,
Para que no tengas duda, que volverás a arroparte con ella
Como una manta de arraigo y raíces
Con su sudario blanco enagua.
A la vuelta, la noche, luces y luces de ciudad ingrata
Que nos pide mucho, y nos da, nada
Una M gigante de McDonald, junto a la autovía
Cientos, miles de coches
Y gasolineras
Y rótulos luminosos
Y polígonos industriales,
Y túneles, desvíos
Ojos cansados, sueño
Y la voz cansina del Tom Tom
A cientos de kilómetros
De una flor helándose en la montaña
Sobre una losa rosa iluminada por la luna
Con su verdor liquen.
Sobre mi pecho, la medalla que me regaló
La que, le daré a mi hijo, que ahora duerme en el coche.
Antonio © M. ( T i T o. M.)
23/Diciembre/2011
Pensamientos Vagabundos
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