en mi vida encuentro personas, hombres, niños y mujeres... duermo todas las noche en un lugar abandonado, al lado de mi perro que al igual a mí no tiene más nada que la dicha de vivir... en mi vida estoy dentro de un ambiente lleno de sorpresas, unas buenas otras no tan buenas, pero cada una de ellas trae consigo una especie de abandono... cuando llega la tarde vienen a mi entorno toda serie de imágenes sagradas... las miro en silencio y espero a que todo se haga un sueño... tengo frío, mucho frío a pesar de tener a mi perro a mi lado... una persona vestida todo de azul vino una noche mientras dormía y sin razón me dio una golpiza... tan solo escuchaba el pun pun de sus golpes y su extraña risa de lobo... cuando terminó de pegarme y de herir gravemente a mi perro, traté de levantarme pero no pude... le vi alejarse y noté que tenía unas manos grandes como una comba, llenas de sangre, dejándome todo roto... miré al cielo azul de la noche y le dije el porqué este hijo de la noche me había hecho tanto daño... quedé dormido y en mis sueños encontré la respuesta... la gente es así, no tiene razón de lo que hace, tan solo lo hace porque sí... desperté y con mi perro a mi lado sentí mas y mas frío... tenía hambre y mi perro también... no sé cómo, pero vi a una muer vestida toda de blanco acercándose a mi lado... tenía unas manos muy suaves y con ellas empezó a curarnos... le quería decir gracias pero el sueño me llevó hacia valles lindos… cuando abrí los ojos estaba solo, sin mi perro, echado en un desierto… qué es esto, pensé… me paré y vi que no había nada que me hiciera entender lo bella que era la vida… de pronto escuché ladridos y era mi perro que corría hacia mí… cuando llegamos a estar juntos, este me dijo que estábamos muertos… que bello, le dije para luego seguir caminando en aquel valle desierto de personas pero lleno de magia…