Era invierno, hacía frio, esa mañana tenía magia porque ellos iban a encontrarse otra vez, ella viajaba en el micro con: ansiedad en su corazón por llegar, miedos por encontrarse en un lugar que no conoce, prisa por besar de nuevo su boca, impaciencia por abrazarlo muy fuerte como la primera vez q lo volvió a ver…
El micro llegaba y su alma se agitaba de amor, de ganas….cuando bajó al ver su sonrisa grande y sus brazos abiertos llamándola al abrazo, sintió como su corazón se aceleraba de repente, y sin mas su alma y su cuerpo se impregnaron de un fuerte sentimiento de bienestar.
Él estaba allí y lo abrazó con fuerza, su alma estaba encendida de amor, de sueños, de apuros por tocarlo.
La mañana recién comenzaba y el tiempo se detuvo para ella en ese momento, no podía dejar de mirarlo, quería también abrazarlo y tocarlo, pero él tenía que manejar y ocuparse de atender el camino lleno de autos como es usual en una ciudad tan grande como esa.
Otra vez soñaban las mismas cosas. Ese momento fue esperado y planeado por los dos. No pudieron seguir esperando un tiempo mas para verse, habían dejado pasar ya muchos meses y ella empezaba a pensar que nunca lo volvería a ver, y eso la angustiaba muchísimo.
Apenas él se pegaba en un abrazo al cuerpo tibio de ella, las sensaciones en todo el cuerpo se le aceleraban, el flujo de sangre se le acumulaba en la zona mas sensible de él, todo su cuerpo se deleitaba con el roce de su piel.
Otra vez estaban desnudos frente a frente, otra vez sus besos se hacían interminables y sus caricias encendían las ganas acumuladas en sus corazones. Hacían el amor con desesperación, con ternura, tratando de eternizar ese momento.
Ella sentía el deseo de tocarlo, besarlo y llenarse de él.
El sentía que al paso por la piel generaba mas deseo en su cuerpo por amarla.
Se pidieron con los ojos, se hablaron con las manos, se acariciaron con la boca, se amaron dulcemente desde el alma y en esa fría mañana dejaron su amor pegado a las sábanas pasajeras de esa habitación de hotel, testigo mudo de aquel nuevo encuentro. Alli sienten que los minutos dejan de correr, que hoy quieren disfrutar de ese instante. Nada podría romper la magia de esas caricias, de sus cuerpos juntos y de la maravillosa sensación que ambos sienten al mirarse.
Quiere dejar en éstas páginas el dulce recuerdo de esos momentos. Siente que no volverá a sentir tan fuertemente esas sensaciones al hacer el amor. Nunca mas podrá amar a nadie como hoy está amándolo.
Él es tierno y tan lleno de todo lo q ella quiere. Ella muere por él, adora sus ojos y su piel, lo admira como hombre y lo siente profundamente como amante. Solo él logró encender su piel y su alma al mismo tiempo con un simple beso, con su modo de mirarla, con su voz diciéndole, te quiero.
Ellos sienten deseos de hacer algo que les permita eternizar ese momento; todas las caricias…
y cada uno de los besos…
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