998-998. Aquí estoy, ya llegué a tu vida. Se me hizo un poco tarde, porque tenía muchas tareas qué cumplir y muchas lecciones qué aprender, muchas montañas qué escalar y muchos platos por romper antes de que el destino me diera permiso de sumergirme en tus ojos.
1906. Llegaste en el momento preciso, para abrirme los ojos y darme cuenta de que al fin estaba despierta. ¡Qué bueno despertar! Y ya tenía tiempo así… pero me rehusaba a levantarme.
1609. Ahora, lo único que quiero hacer al estirarme es alcanzarte, olerte, saborearte, hacerte cosquillas, abrazarte, explorarte, caminar en tus muslos, hacerte reír, cocinarte, darte tu pijama, cambiar las almohadas, esponjarlas y ponerles una esencia para que duermas bien. ¡Tienes canas! También sufriste para llegar hasta aquí, pero date cuenta.
¿Quieres más señales?
Te recuerdo tu pasado, pasajes tristes, pasajes duros. Pero es mi nombre y mi esencia, así vine. Tal vez alguien me puso aquí para que te des cuenta de que ya los superaste. Además, te he estado guardando muchísimo amor durante largo tiempo.
Y aquí estoy, dispuesta a intentarlo.
¡No tengas miedo! Y acéptalo, empiezas a sentir algo, a pensar algo, a soñar algo. Tengo tantas ganas de que sientas lo mismo… ¡o de saber si lo sientes ya!
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