albergaba dudas razonables, pero eso no le convertía en henry fonda,
era más bien como dante y su comedia, relleno de culpa.
y culpable de todos los cargos se conserva, encorvado por los años y la tundra,
como un viejo fuego griego reconvertido en yesca.
en su ensimismamiento sólo hay tinnitus, no estamos tu,
ni yo, ni hay perro que le ladre,
y mil millares de palabras en cada latido le recorren,
pero al final siempre se queda con la que sobra,
y se la guarda..
si jack london fue feliz algún día, quizá también lo logre,
si no lo fue, que dios le ampare en su gloria
que ya le acogerán en sus palabras otras
glorias fuertes, kerouaces y largos etcéteras,
no hay mentiras en su lista negra, solo tu y yo y un perro que le ladra..
|