| Libro de los sueños 
 Libro I
 
 Primera Centuria
 
 Primera Decalustra
 
 Primera decena de la primera centuria
 
 I
 
 Pastores del manso cordero
 Velad para que el zorro
 Que ya merodea
 No entre en el redil
 
 II
 
 Entre dos ríos pequeños
 Ha nacido la bella
 La santa
 La redentora, Mariah
 
 III
 
 Los otoños son tristes
 Cuando falta la luz
 Los inviernos son grandes
 Cuando amanece dos veces
 
 IV
 
 Volverá el caballero
 A tomar sus armas
 Afearan su conducta
 Antes de la medianoche
 
 V
 
 Cien palmos de nieve
 Soportara la luna nueva
 No habrá sol
 Que la caliente
 
 VI
 
 En los bosques fríos
 Muerte y dolor
 Entierro y sangre
 Entre bastidores, un solo ojo
 
 VII
 
 Clavos en las orejas sordas
 Protestan ante el Ungido
 Ellos tienen razón
 El Ungido vacila
 
 VIII
 
 Doce fueron los elegidos
 Tres seleccionados
 Uno sacrificado
 Dos desposados
 
 IX
 
 El gato pardo y romano
 Coge al ratón por los cuernos
 Blancura y oro ondea sin llaves
 En la casa del Obelisco de Dios
 
 X
 
 Y vendrá el reino de la incertidumbre
 Corazones parados
 Mirando el cielo, rezad
 De aquí a tres nobles centurias
 
 
 segunda decena de la primera centuria
 
 XI
 
 Cuatro niños saltaran
 Desde el acantilado
 Leche, aceite y miel
 Para los hijos de las “Nereidas”
 
 XII
 
 Una mano se posa sobre la cebada
 Mil quinientos cofres en la cripta
 Atardecer escocés
 Faldas al vuelo del castillo, Cruces
 
 XIII
 
 Reunión de poderosos
 Clanes de boticarios
 En la verde campiña
 Sufrimiento y enfermedad
 
 XIV
 
 El, lo dijo, y le creyeron
 Por eso saltaron
 El mundo asombrado
 Cuando ellos flotaron
 
 XV
 
 Cien cientos caballeros de humos
 Negros ropajes con banderas antiguas
 Inflaman corazones
 En la cuna de la libertad
 
 XVI
 
 Un extraño prodigio, será revelado
 Cien milenios escondido
 Brilla como el sol de las estrellas
 Y aún  late, pulsa, vive
 
 XVII
 
 Una mujer reinara, dócil
 En la casa del emperador
 Barbas lamerán sus carnes
 Mientras su rey muere junto al sol
 
 XVIII
 
 Catorce tribus se alzarán
 Catorce reyes hablaran
 Catorce meses reinaran
 Nadie perdura al terror del caimán
 
 XIX
 
 Uno de cada mil millones de fulgores del cielo
 Tiene vida
 Ellos lo saben
 Nos también
 
 XX
 
 Se preparan a la venida
 En el desierto
 En las rocas bajas
 En el acantilado de la luna
 
 
 Tercera decena de la primera centuria
 
 XXI
 
 Tres castillos, tres casas
 Un reino, tres reyes
 Un brujo, tres reinas
 Un hijo de tres brujas, del brujo
 
 XXII
 
 Un error, luego otro
 Doce peones
 Once negros y uno blanco
 mal situado en el damero
 
 XXIII
 
 Cuando mil
 Sean millones
 Y meses tiene el año
 Rugirá el dragón rojo
 
 XXIV
 
 Escarcha en las sienes
 Las manos asidas
 Un anuncio del nuncio
 Todos en vilo, miente, oramos
 
 XXV
 
 Tu odre de cabrito
 Valdrá mas que cien onzas de plata
 Turbia, cenagosa, pestilente
 Y la pagaras con gusto
 
 XXVI
 
 Un gigante
 En la casa del Altísimo
 Hace sombra en la cúpula
 Del morador
 
 XXVII
 
 Un día esconderás los testamentos
 Donde no los encuentren los testados
 Los vigilantes del testaferro
 Los de los ojos atenuados
 
 XXVIII
 
 Volverá Galadriel
 Sobre dos caballos blancos
 Blandiendo una espada de fuego
 Sobre la verde campiña, ahora reposa
 
 XXIX
 
 Conjuras y perdición
 Traiciones gestadas
 En los tiempos del Ocaso
 Y ya se forma el ejercito maldito
 
 XXX
 
 Un justo vencerá al dragón
 Con más locura que altura
 Con más bravura que su aliado
 Al que todo le debe y no le debe nada
 
 
 Cuarta decena de la primera centuria
 
 XXXI
 
 Ocurrió en la cuarta luna del cuarto milenio
 De cuatro veces ciento
 De cuatro veces decena
 De cuatro veces día, de la era venidera
 
 XXXII
 
 Fueron andando desde el mercado
 Inocentes murieron
 Antes del nacimiento
 Figuras de barro, manchadas de sangre pura
 
 XXXIII
 
 Un río lleno de hojas
 Unos ojos ahogados
 El amo de calabozo
 Con una espada clavada
 
 XXXIV
 
 Sonaran dos trompetas
 En el teatro de los llantos
 La furia del ciclope
 Tumbara dos muros de piedra
 
 XXXV
 
 Una nube de luz
 Una nube de muerte
 En la cuarta centuria
 Del reinado de piscis
 
 XXXVI
 
 Dos pares son nones
 Cuando tocan las estrellas rojas
 Dos nones son pares
 Siempre, menos un día
 
 XXXVII
 
 Se llamaron los infantes
 Mataron al elegido
 Entronizaron al de los rojos labios
 Aún sabiendo de su injusticia
 
 XXXVIII
 
 Los caminantes pasean su hambre
 Se miran unos a otros
 Un loco se tira desde la altura
 Llueve sal
 
 XXXIX
 
 Dos cartas lacradas
 En la mesa del destino
 Si eliges mal la rotura del sello
 Muere tu estirpe
 
 XL
 
 En un día de gloria del Señor
 El león bajara de la montaña
 Con sus pies de barro
 Y su gorro de lana
 
 Quinta decena de la primera centuria
 
 XLI
 
 Palmira sucumbirá en un reinado de muerte
 Pueblos hambrientos
 Y él, sentado en los cuernos de Baal
 Llorando la muerte de la amada
 
 XLII
 
 Una cosa os digo
 Los justos perecerán
 Los débiles perecerán
 Solo se salvara uno, que reinara
 
 XLIII
 
 Una mano cortada
 Sobre un cojín rojo
 Un anillo de sangre
 Le muestran al claudicado
 
 XLIV
 
 Sobre el polvo de cinco milenios
 Aparece una revelación
 Muchos se sorprenden
 Otros lo adoraban a escondidas
 
 XLV
 
 Dos gigantes, con la bandera de Vishnú
 Arroparon al trueno
 Ahorcaron al tierno
 A su mujer la respetaron, pero la desearon
 
 XLVI
 
 Sobre el casco, dos símbolos
 Sobre el corazón, una pena
 En los ojos, una desgracia
 Y anunciara su propia muerte
 
 XLVII
 
 Dos primaveras, llorando
 Dos junios, desfilando
 La estrella de David, asciende
 En el cielo del Jordan
 
 XLVIII
 
 Dos filósofos, dos matemáticos
 Dos ingenieros, dos soldados
 Hubo discusión y engaño
 La razón gana, pero la mataron
 
 XLIX
 
 Un código secreto
 Un secreto desvelado en latín
 De nada sirve si se silencia
 Gana la conveniencia del gato negro
 
 L
 
 Catorce años de piedras
 Hasta que vino la madre
 Un año de polvo
 Un año de entierros
 
 
 Antonio © M.  ( T i T o. M.)
 19/Diciembre/2011
 Pensamientos Vagabundos
 
 
 
 
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