CARTA SALUDO A UN AMIGO EN NAVIDAD.
Hay una hermosa raza de hombres
que es más antigua que el planeta,
una que no pertenece al orbe,
que no tiene nombre ni patria
pues carece de fronteras.
Ellos describen al desierto
como un grano de arroz,
ellos saben medir el silencio
en el secreto de su voz,
ellos están entre nosotros
no obstante apenas se ven
ya que son escasos y pocos.
Ellos saben cuando alzar vuelo,
no sienten mínimo temor
pues sus píes están firme sobre el suelo.
Son como las estatuas
de preciado valor
y de sentimiento austero.
Vienen de otra estirpe,
una que no tiene condición
y de franqueza imbatible.
Nacen y crecen por sus medios
con meticuloso y calculado andar,
muchas veces son imperceptibles
al iris de nuestros ojos,
es por su carácter humilde.
Nunca habrán de atentar
sobre su propia especie,
es que son indefinidamente diferentes.
Y de esa clase de seres
de pronto te apareces,
tu que podrías ser
impulsor de razas nuevas,
razas de poderosos hombres,
de los buenos que se esperan;
podrías crear nuevas banderas,
de esas que elevadas al cielo
libres flamean;
no obstante eres sembrador,
esforzado surcador de la tierra
y en cada paso vas dejando
firmes raíces en tu gleba.
Grano a grano el trigo madurado
de tu siembra va brotando.
Siembra surcador tus raíces
y en el surco de tu estambre
habrá de perdurar con creces
lo más puro de tu sangre.
De tu sencillo dogma,
claro y abierto como anillos
cae a mi estrofa
la lumbrera de un buen amigo,
invariable y afectuosa
a la luz del infinito.
Que no se extinga tu raza
en los agónicos puertos,
que no mutilen tus fuerzas
enquistadas en el tiempo,
que a los confines se esparza,
lejos en mar abierto,
en los australes glaciales
y en la salinidad del desierto.
Uno de estos días
la Navidad vendrá a visitarte
y entre tu y yo
sólo habrá una Nochebuena,
querré entonces regalarte:
Un acervo de estrellas
para que luzcas orgulloso
en buena hora tus diademas.
¿Qué más podría ofrecerte
yo, natural habitante de la tierra
que perdió la simetría
al romperse los esquemas?
Bienaventurados los nobles de corazón
ponderados pasajeros de la vida,
que adonde vayan encuentren amor
pues más tarde alcanzarán el cielo,
es el saludo en este día
el año 2004 en la era del Señor.
|