Las ardillas recogen nueces y frutos, árbol y brisa pasean con el viento. Las hojas viajan formando sendas y el viajero entre pétalos vuela feliz. Cálido sol acompaña su eco y su luz el girasol lo sigue como el viajero. Enternecido de amor bajo su cielo un canto de sirena se va acoplando. Hay murmullos de duendes y de hadas un silencio termina de nacer con sonido. Regalándole a cada amanecer su alegría brilla la tierra su verde, su rojos, amarillos colores que salpican de vida el sendero.
Texto agregado el 17-12-2011, y leído por 429 visitantes. (8 votos)