Todavía tengo cosas que decirte, discúlpame si no fluyen mas aprisa, pero, las voy interpretando lo mejor que puedo en este momento, mi cabeza es un abismo...
Necesito cada segundo para ir despertando las ideas que se perdieron después de tanto tiempo, pero mi realidad está así, después que me he dejado olvidado, como un hombre recordando una vida pasada.
Te decía que me ahogo, que me apretaba el pecho una rebelión de sentimientos, que me están acosando el corazón y el pensamiento, y no puedo dormir todavía por que estoy inquieto y lleno de preguntas sin respuestas. La sensación de no poder moverme me destruye, me encuentro en un desequilibrio injusto, entre la verdad que necesitan mis ojos al contemplar los tuyos y el dolor de las heridas que no cierran todavía.
Si, son dos caminos, o dos razones las que guían la mentira y disfrazan la verdad, la ensoñación del loco y la prolijidad del genio. En esta encrucijada se estanca una verdad, la más dolorosa de todas o la más ajena a la realidad. En cuyo caso, reina la tristeza de saberme perdido en mi locura o en la de ambos, y toma sentido y peso propio la percepción de la soledad, donde nadie quiere estar en su sano juicio.
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