Recuerdo que cuando niños, a mi hermano y a mi nos decían "los hermanos Macana", nos decían Ruth gulit y Cafú, no me intereza como se escriba, pero nos decían varios apodos divertidos cuando jugábamos a la pelota en el barrio, en una cancha de tierra cerca de unos barrancos... a esos barrancos les llamaron "el tajo", nunca comprendí muy bien el por que, pero ahora es fácil de asociarlo y me río un poco...
Cuando niños todos nos respetábamos, mas que los adultos de esa época, pero éramos felices y llegábamos todos piñiñentos del fútbol a la tina, al otro día como cualquiera jugábamos con palitos y trocitos de maderas a hacer batallas navales o que se yo... mientras, pasaba un heladero en una bicicleta vieja, cargada de helados de agua, y tocaba una corneta de auto antiguo mientras pedaleaba con su chupalla a todo sol... después de las 3 de la tarde se armaban las pichangas con los amigos de la cuadra y los no tan amigos de la otra cuadra, y se nos hacía de noche pateando una pelota y haciendo goles en unos arcos de baby blancos, esos que ocupaban los volaos para curar con vidrio molido el hilo curao' para volantines en sus postes, los mismos arcos de baby fútbol que hoy están todos oxidados y rotos... y ya no atajan ningún pelotazo... se recuerda con cariño esos tiempos, como cada quien trata de rescatar lo mejor de su infancia...
Hoy veo a los crios de este tiempo y no se, si la mayoría llegarán a vivir las cosas con tanta pasión por cosas simples y cotidianas... se están perdiendo los barrios poco a poco y con ello los amigos de toda la vida, las travesuras, la sencillez, el apego a la imaginación y a lo rudimentario...
Me asusta un poco cuando día a día la infancia aparece con menos vida propia y mas obsesiva por materiales.
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