El violín no se acaba, toca sus notas engañosas y promete, promete y promete
El violín me advierte que desata una tormenta y me da esperanzas de enloquecer
Sus notas vuelan una y otra vez y caen y se levantan como un oleaje de sentidos peligrosos, me rescata, y después me sumerge en el misterio de sus aguas dulces
Engaña mis sentidos y me gusta, y me destruye, después me deja dormido, inconciente.

Una voz de niños cantando me despierta y estoy llorando pero de emociones distintas
Quiero seguir soñando que voy a la deriva, que aquellas notas existen y puedo encontrarlas… pueden traerme mis recuerdos y con ellas tu pálida silueta buscándome en el pasado que deje atrás.

Zarpan nuevos viajes en aguas turbulentas y las melodías vuelven a ser desafiantes
Pero yo me arrojo al suelo y me da miedo.
Las notas vuelan distintas por todas partes y me desbordan y me aferro a la tierra con mis dedos en vano, gritando ¡déjenme!

El violín toca mas fuerte, es más poderoso que yo y me aferra de los hombros y piernas, como una marioneta de juguete, aunque me levanta y me domina el cuerpo, y tarareo sin quererlo, con cada nota, con cada cuerda, bailo con piernas de madera, sintiendo el cosquilleo de su melodía en mi cabeza.

Luego soy yo nuevamente… ya me he desconectado de mi y el silencio no me engaña, ni me seducen las ideas banales del bello violín de madera lacada.

Adiós amor, adiós ternura, recuérdame, en algún rincón de tu cuerpo recuérdame amor, en algún lugar de tu vida… y bésame y abrázame que te he de olvidar mas seguido y no quiero.

No es difícil seguir despierto, lo difícil es concentrarse en no bailar las notas de mi locura.