Varias veces traté de mirarte.
Tantas veces traté de hablarte.
Una y otra vez traté de coincidir con tus ojos.
Pero solo logro vislumbrar tu nuca.
Estamos cerca y lejos a la vez.
Solo basta extender mis brazos para no dejarte escapar.
Pero si te detengo, solo te daré infelicidad.
Por eso, me hago a un lago y,
aunque sufra por no mirarte a los ojos,
al menos sé que éstos brillan en la oscuridad.
Ahora solo queda hablarte,
decir lo que siento y valorar tu hermosa amistad.
Texto agregado el 14-12-2011, y leído por 143
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
15-12-2011
es triste pero muy real, es mejor aso antes que seguir sufriendo. lourdesmasen
15-12-2011
Al menos no todo está perdido... buen poema******** jagomez
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