Hay días que al levantarte lo que ves te resulta frustrante, no es necesario observar con detenimiento esos pequeños detalles y ausencias que el frío te hace notar, simplemente justo cuando te metes en la ducha una sensación de que algo no funciona se aferra a tu mente.
Así comenzó ese día, no hay que dar muchas explicaciones para haceros ver que no fue uno de los mejores que he tenido en mi vida, pero después de recibir tantos golpes, al menos este no creía que pudiera llegar de este modo.
Como cada mañana, últimamente me despertaba con el leve sonido de la televisión que había velado por mi sueño durante la noche, una escarcha fina cubría la ventana que había justo al lado del sofá en el que me encontraba enmarañado, envuelto en tres pequeñas mantas que me cubrían, eran el calor y la paz que me quedaba, a lo lejos una cama demasiado grande, seguía esperándome como un niño iluso espera el regalo que solo el sabe.
Hacía tiempo que nadie dormía en el lugar indicado de esa casa, pero ahora ya no importaba, era un nuevo despertar, un pequeño cambio que hacía que todo fuera diferente aún siendo el mismo lugar.
Justo cuando cruzaba la puerta del portal me dí cuenta que hacía demasiado tiempo que no miraba el correo y la verdad que comprobé que era cierto, cientos de papeles sobresalían de mi buzón, desde propaganda hasta descuentos de comida rápida, pasando por facturas, cientos de facturas, miles de facturas…
Silencio
Es en ese momento cuando por el espinazo notas una sacudida eléctrica que te despierta de golpe, ni los diez minutos de agua fría cayendo por tu cuerpo es tan capaz de despejarte como un mal presentimiento, sobre todo cuando ese mal augurio está basado en hechos muy que probables.
Y así fue, Así comprobé que aunque estés metido en lo más profundo de un charco de mierda, siempre hay alguien o algo que puede hundirte un poco más…
Señores de Gas natural, les pagaré pero denme tiempo y por favor utilicen otros medios para avisar que cortan el suministro, que uno no está como debe estar y no percibe estas pequeñas sutilezas…
|