Todos los días, a la misma hora, caminaba despacio y con los ojos aún hinchados del sueño. Odiaba madrugar y se sentía muy torpe, inútil. Hasta ver pasadas las nueve de la mañana decía que uno no puede sentirse persona. Se sabía perfectamente el camino hacia la parada del autobús, el que le llevaría hacia la facultad donde volvería a dejarse los dedos en el bolígrafo cogiendo apuntes. A él lo que le gustaba era leer y en ocasiones se preguntaba si realmente merecía la pena estudiar una carrera como la que él hacía. Pero dándose cuenta de que recapacitar sobre aquello le daría dolor de cabeza y le mosquearía durante un rato, decidió pensar en otra cosa.
Le gustaba fijarse en las caras de las personas que viajaban, en los libros pesados de sus manos y ver qué estudiaban, a qué dedicarían el tiempo libre, cómo sería su vida sexual... Mientras escuchaba el piano de Chopin decidía qué sería de la vida del chico del asiento delantero. Giró la cabeza para ver quién le había dado un golpe en la cartera, pero... no podía ser, aquel rostro, los ojos de ella no le decían nada, su semblante era tan inexpresivo. Durante diez minutos estudió su cuerpo, sus gestos, la manera de coger la carpeta, sus zapatitos de piel negra, su bolso a medio abrir, el pelo tan deliciosamente revuelto, la luz de sus ojos, sus húmedos labios pero... a pesar de ello, de tener un ángel frente a él, no le decía nada. Cualquier decisión que tomaba sobre lo que podría ser de su vida le parecía ridícula, ¡ella debería estar en el cielo!
Pasaron tres paradas, su cassette saltó y le hizo volver en sí, mirando rápidamente por la ventana y con una exclamación para sí pulsó el timbre repetidas veces. Maldecía su torpeza cuando ella, segura de sí misma, cogió su bastón de ciegos y le pidió paso.
Le pareció tan triste que no viera nada en sus ojos, salvo que esa criatura debería ser un ángel divino, se sentía mal, realmente mal... como si fuera su culpa. Le dió vueltas a la cabeza toda la mañana, ¿por qué?, ¿por qué? Aún hoy se lo pregunta, ¿por qué no la cogí de la mano y lo descubrí por mí mismo? |