Para crazymouse, que sin haber letras él me regaló sus estrellas.

A veces eres cal que auna mi universo, cómo piedras de circo romano, dejando pasar días y días según pasan éstos más fuertes son las piedras, más seguros se hacen mis sentimientos. Disfruto de mi mirada, pero poco a poco todo se difumina en un vendaval de arena que en remolinos me traslada a un desierto, donde no logro encontrar más que escurridizos granos entre mis manos y la nada en mis sentimientos.
Vuelve, amigo, vuelve , pero vuelve como Eolo soplando sobre mi granada que espera bulliciosa la salida del Hades. Vuelve. Hay prados enteros cubiertos de trigo, cebada, margaritas blancas, rosas rojas , romero verde... Es la vida que amanece tras comer solo cuatro granos, que sembrados parirían rojas granadas tan jugosas que podrían unir la cal y la arena convirtiéndolos en piedras de un circo en el desierto.
Proserpina siempre espera.